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De ellos no tengo una gran opinión, porque me parecen superficiales y los considero poco o nada honestos. Lo único que saben es comercializar y hacer negocios. Funcionan como opulentas empresas de la información.
No quiero convertir a nadie a mi opinión, pero ya tengo demasiado hastío de ver cómo hacen un show con la muerte y cómo hacen chistes macabros para aumentar el rating.
Es lamentable que en tiempos de paz se siga atizando el odio para volver a los días más oscuros de nuestra historia.
La guerra armada entre las FARC y el Gobierno de Colombia se acabó. No obstante, los medios siguen con los guantes puestos. Quiérase o no la paz de Colombia va a llegar, porque ya nadie quiere empuñar las armas ni andar la ruta armada para alcanzar sus ideales. Los jóvenes no queremos ingresar a ninguna guerra ni grupo armado para matarnos estúpidamente.
Ojalá que el ELN y todos los grupos armados ilegales hagan dejación de las armas. No piensen en el gobierno nacional, piensen en los jóvenes y el pueblo colombianos.
La gente joven de hoy tiene otra mentalidad. Nuestra arma es el celular, pero tampoco queremos ser como trino fijo. No. Eso sí que no.
Los periodistas Darío Arizmendi, Vicky Dávila, Claudia Gurisatti, Julio Sánchez Cristo me parecen sesgados. Han utilizado sus medios de comunicación masiva como plataforma de sus egos para coquetear con sus enormes vuvuzelas informativas.
El periodismo de las grandes empresas de comunicación colombianas es desagradable y demasiado asqueroso. Es una vergüenza la manera cómo producen sus noticias. Es una gran industria de producción informativa. Todo el tiempo hablan de los mismos temas de siempre, de los lugares comunes, los mismos clichés que la gente se sabe de memoria. La gente se da cuenta. La gente lo sabe. El pueblo ya está despertando
Yo no me olvido de lo que decía Joseph Pulitzer. Afirmaba él que la una prensa cínica, corrupta, vil y despreciable terminaría formando un publica como ella misma. Eso fue expresado hace décadas. Hoy ya es una realidad.
El futuro del que hablaba Pulitzer es nuestro presente. La prensa pone a que la gente repita mentiras como si fueran verdades.
El lingüista americano Noam Chomski considera que la manipulación puede destruir los cerebros y por eso mismo es más peligrosa que las bombas atómicas.
Los periodistas deben fundar sus propios medios de información. Los comunicadores deben ser independientes. Los industriales de la cerveza como Ardilla Lülle o un banquero como Sarmiento Angulo no saben ni les interesa saber para qué sirve la responsabilidad social de los medios de comunicación.
Nuestro premio nobel de literatura, Gabriel García Márquez, aconsejaba que para ser periodista se precisa de mucha cultura, demasiada práctica y de suficiente ética.
La prensa no es lo mismo que la empresa. Es mil veces mejor romper la pluma antes que venderla, como recomendaba José María Vargas Vila.
Es lamentable que el periodismo se haya vendido y que la política sea corrupta, pero lo peor de todo es que puedan hacer grandes negocios redondos.