El mes pasado una carta inquietó a Taliana Vargas. Venía directamente del Cardenal Rubén Gómez. Cuando la ex reina la abrió le temblaron las manos de la emoción. La carta tenía por objeto preguntarle si aceptaba ser la presentadora del evento del Papa Francisco con los jóvenes el próximo 7 de septiembre en la Plaza de Bolívar. Desde la arquidiócesis de Bogotá estaban enterados de su devoción a la virgen y su fe, por esa razón había sido escogida para ser quien le dé la bienvenida al Sumo Pontífice en nombre de los jóvenes colombianos. Taliana ni siquiera lo pensó al momento de aceptar la propuesta.
Durante su infancia en Santa Marta creció en un ambiente muy católico. Tanto su madre como su abuela eran mujeres devotas. La pequeña Taliana tenía por costumbre llevarle flores a la virgen cada domingo y acompañar a la abuela a los grupos de oración, donde cantaba y bailaba. Al llegar la adolescencia su fe quedó en segundo lugar. Luego con la mudanza a Estados Unidos donde terminó el bachillerato, y el éxito repentino con el reinado, se alejó completamente. Tenía otras prioridades.
Taliana Vargas tuvo todo lo que cualquier persona sueña a los 20 años; belleza, dinero y fama. La vida se lo dio de golpe y sin aviso cuando a esa edad fue electa Señorita Colombia y luego Virreina Universal en Vietnam. Le llovieron jugosos contratos publicitarios, papeles protagónicos en televisión y miles de admiradores. Sin embargo, a los pocos años de estar metida en el medio del entretenimiento sentía un vacío. No importaba cuál cartera o joya se comprara, había algo que la hacía sentir incompleta. Era como si la vida no tuviera sentido.
El mismo medio de la tv la fue acercando a Dios. La primera persona que lo hizo fue la presentadora Rochy Stevenson. Se conocieron en República Dominicana en 2009 cuando ambas trabajaron en el Desafío, de Caracol. Rochy, quien es abiertamente devota a la virgen después de que años antes se le apareció durante las grabaciones del programa, le recomendó a Taliana acercarse nuevamente a la virgen, como lo hacía en su infancia. La inquietud quedó sembrada en la samaria.
Dos años más tarde, cuando protagonizaba Chepe Fortuna, tuvo una experiencia más fuerte. En la novela Taliana compartió con la actriz Margalida Castro, que hacía el papel de su abuela. Margalida es otra reconocida devota en el medio del espectáculo cuya experiencia ha sido plasmada en libros. Taliana leyó algunos y la cercanía con la actriz despertó aún más su interés. Sin embargo, fue durante un receso de grabaciones en Honda cuando ambas se encontraban rezando el rosario y de repente se les llenaron las manos de una escarcha que ninguna supo de donde salió. Taliana empezó a entender que la virgen la estaba llamando.
El punto clave en la conversión de Taliana Vargas fue en 2012, durante las grabaciones de Rafael Orozco. Esta vez el encargado de acercarla nuevamente a Dios fue el actor Freddy Flórez, compañero de set y amigo personal. Él le recomendó ir a una iglesia que estaban construyendo justo al lado del set de grabación en Valledupar. Le hizo caso un domingo. La recibió el párroco local y tras una misa la confesó. Taliana se desahogó y el sacerdote le dio las claves para retomar su fe; rezar el rosario todos los días, leer la biblia, ayunar y confesarse una vez al mes. El padre le dio un rosario pequeño para asegurarle que no se demoraba más de tres minutos al día rezándolo. La estrategia funcionó.
Desde entonces la ex reina no pierde oportunidad para ir a misa. Nunca se duerme sin rezar ni se despierta de la cama sin ofrecer el día a Dios. También ha cultivado su faceta social por medio de la Fundación Casa en el árbol, la cual montó en 2013. Con la ayuda de su esposo, Alejandro Eder, ha logrado potenciar el alcance de la fundación. Ha desarrollado proyectos sociales con el apoyo de empresas como Loreal o Drummond y entidades como USAID. Todos están encaminados a beneficiar niños y madres de escasos recursos en Santa Marta.
El próximo 7 de septiembre Taliana Vargas va a temblar de la emoción. Normalmente está acostumbrada a que sea a ella a quien le piden fotos. Sin embargo, esta vez los papeles van a invertirse. Será ella quien se sentirá nerviosa ante la presencia del máximo jerarca de la iglesia católica. La ex reina bromea al respecto “Solo espero que no me tiemble la mano al momento de tomar la selfie”.