Una de las más cuidadosas decisiones de los muy elaborados Juegos Centroamericanos y del Caribe que se realizarán en Barranquilla entre el 19 de julio y el 3 de Agosto del año 2018 fue la selección de su mascota .
Lo primero que hicieron los organizadores, cuya cabeza es Daniel Noguera, fue no llamar mascota a la imagen que identifica el evento.
El pedido, que más pareció una suplica, lo hizo Rosmira Guillen, una celebridad en el tema conservacionista que dirige el Proyecto Titi, una organización sin animo de lucro que lucha por salvar de la extinción a la especie tití cabeza blanca.
Ser trata de un programa de defensa de esta especie de simios que es endémica, en vía de extinción, y que subsiste gracias a ella entre la zona de Urabá y el departamento del Atlántico en Colombia, único lugar del mundo donde habita .
El tití cabeciblanco es un mono diminuto, se parece sorprendentemente a algunos humanos, es familiar, solo tiene una pareja en toda su vida y está en peligro de desaparecer.
Solo hay cerca de 7 mil ejemplares sobre el planeta que cada día disminuyen en número por la caza, la comercialización a los que los someten los humanos, unido a la tala de bosques de su habitat.
Aprovechar un evento del calado de los Juegos para presentar en sociedad al tití fue una oportunidad que debía ser bien aprovechada .
Por eso Rosmira pidió que no se llamara mascota a lo que tradicionalmente se denomina así y a cambio se refirieran a él como símbolo ..."Mascota significa que se lo pueden llevar a casa y pueden vivir con él como si fuera un perro", dice Rosmira alarmada ante el creciente número de cazadores que los capturan y los venden a la orilla de muchas carreteras del caribe sin control de las autoridades .
"Devolver a su habitat al tití es imposible, hacerlo es condenarlo a muerte porque pierde sus destrezas para conseguir el alimento y es presa fácil de los depredadores y de su propia especie"...Explica esta científica a quien la National Geographic reconoció como una autoridad en la materia este año.
La figura de Baqui, como le llaman en la organización de los juegos al símbolo ya empieza a ser familiar en Barranquilla, el tití, esta vez gigante, en el que habita un humano que baila como Joe Arroyo y salta como un atleta se pasea por colegios, centros comerciales y zonas de gran afluencia explicando con su sola presencia que sus cada vez más escasos "parientes" existen y están en riesgo si no se hace algo por ellos.
Y se está haciendo, eso lo confirma esta cruzada en la que se utiliza un pretexto para aportar ambientalmente. Sin saberlo, cerca de 5854 atletas, 20 mil turistas, 5 mil voluntarios y una región entera están haciendo el aporte ambiental de sus vida al participar en este evento de ciclo olímpico, salvar de la desaparición a un monito que salió del anonimato gracias a algo que se llama Juegos Centroamericanos y del Caribe y que se realizan en Barranquilla en julio de 2018.