En un país donde el resultado de un plebiscito no se respeta y la oposición política es vista como la negación a la paz, se considera que este mecanismo no es sano, puesto que el mayor ideal es la transparencia.
Dicen los que saben que Holanda fue pionera en la implementación del voto electrónico en 1965, desistiendo de esta implementación años después. De igual forma, es bien sabido que con solo manipular el código de fuente el sistema del software caerá a tus pies. Se habla de seguridad al sistema y garantías reales, pero seguramente en la contienda electoral entrarán a jugar virus y troyanos, dejando a la democracia un trago amargo de intranquilidad.
Las ambiciones políticas mezquinas plagan el congreso y su conciencia de responsabilidad en sus actuaciones no son las más brillantes y favorables para la sana gobernabilidad y las garantías de toda una nación.
En una patria que improvisa su democracia, donde las altas cortes están plagadas de corrupción, donde la justicia se ve enfrentada a las coimas y favores de tipo económico, no podrá implementarse tan futurista método.
Ahora me pregunto, ¿será que en Colombia este mundo electrónico si es garantía? o ¿será acaso que debemos recorrer primero un gran camino de honestidad, transparencia y sana gobernabilidad para no caer en las mieles del fraude y que estas vulneren los derechos y las garantías constitucionales desplazando las verdaderas intenciones y participación del ciudadano que en última instancia se verá lesionado?