A raíz de la divulgación de la noticia de la presunta violación de una joven mujer en el parqueadero del famoso y típico Restaurante Andrés Carne de Res de Chía, Cundinamarca, han surgido masivos comentarios sobre la reputación del restaurante, la hermeticidad del caso etc. pero el más triste y por el cuál verdaderamente deberíamos preocuparnos, es por el comentario hecho por el empresario Andrés Jaramillo, que como muchos hombres de este país y el mundo entero, culpan a las mujeres por ser violadas. Sus palabras me llevaron inmediatamente a los hechos ocurridos en el año 2011 en Canadá, cuando un Policía de Toronto pidió a las mujeres “Que dejaran de vestirse como Putas” para evitar ser violadas. Comentario que escandalizó al mundo entero y fue el motivador de las mujeres activistas de ese país para realizar “La Marcha de Las Putas” y manifestar así su indignación frente al hostigamiento y acoso sexual hacia las mujeres. Tuvo tanta acogida en las redes sociales y en la sociedad, que la #Marcha de Las Putas se proliferó por todo el mundo y las mujeres vistieron su Minifalda y tacones para salir a la calle, dejando claro que con minifalda, escotes o aún sin ropa tenemos derecho a una vida libre de violencias.
Nada justifica la violencia contra la mujer, todas tenemos derecho a vestir como queramos, lucir nuestras ropa, mostrar nuestras piernas, pechos y ninguna otra persona tiene derecho a criticarnos, ni mucho menos violentarnos. Las mujeres también tenemos derecho a caminar por la calle y sentirnos plenamente seguras que nadie nos morvoseará, ni mucho menos que nos agredirá ni física ni verbalmente. Vivimos en una sociedad donde las mujeres día a día son agredidas, en la calle, en el trabajo, en el hogar, dónde la cultura patriarcal ha impuesto imaginarios sociales, donde los hombres tienen derecho a “piropear” y lanzar palabras violentas, con contenidos sexuales hacia las mujeres y pensar que es normal, siendo esto también un tipo de violencia contra la mujer.
Que quede claro que las mujeres podemos vestirnos como queramos y eso no significa que un hombre tiene derecho a tocarnos, accedernos carnalmente sin nuestro consentimiento, tú, mujer eres dueña de tu cuerpo y decides, puede ser tu amigo, novio o esposo pero sin tu consentimiento, es violación! Merecemos vivir en un país sin violencia de género.