Entre sabores y colores se basa la mezcla de delicias procedentes del mar y la selva, lo cual hace que todos queden boquiabiertos & con ganas de repetir.
Así que motívate, deja la pereza y sumérgete en un mundo de sensaciones y diversiones. Apenas llegue a la zona de comida, note un extenso olor maritimo lleno de crustáceos y pescado.
Me siento en un comedor super largo, de esos que aparecen en Harry Potter, no pasa ni el segundo y soy muy bien atendido por una morena delgada que me pasa la carta de comida mientras me seduce comentándome sobre los suculentos platos que hay para chuparse los dedos.
Su cocina proviene de la región de Timbiqui dentro del Cauca. Me quedé estupefacto ante tanta belleza y sabrosura, así que me hice el gringo y le dije que me trajera un poquito de todo. A carcajadas y ya con un tono de voz más coqueto me empezó a charlar sobre todo lo que me esperaba. Comenzó con una entrada muy modesta, La famosa cazuela de mariscos, un guisado popular basado en crema de coco, lleno de almejas, calamar y mejillones servido en una cazuela de acero caliente. Este plato iba acompañado por un refrescante guarapo de caña y dos empanadas de jaiba. Apenas termine, trate de buscar palabras que describieran ese sabor, de un momento a otro salto a la siguiente parada. El plato fuerte fue representado por el tradicional tapao de pescado con una pequeña porción de sopa de bagre, este plato es la insignia de la región del Pacífico. Sin palabras. Confieso que todavía sigo pensando como describir esas locuras gastronómicas que han paso por mi boca.
Para cerrar con broche de oro, esa señorita tan bonita me ofrece de postre pasar al frente y tomarme un buen trago de viche para quitarse ese aliento. Le agradezco por todo y continuo mi camino.
Llego al puesto de Doña Luz Sinisterra, una madre cabeza de familia que ha logrado con mucho trabajo sacar todo adelante a través de su empresa Elixir basada en las bebidas autóctonas del Pacifico. Primero me sienta y me cuenta que eso del viche proviene de un proceso de destilación que se da cortando la caña, para ser pasada luego pasada por un molino en donde se le retira todo el néctar, luego es puesto a hervir en una olla de barro para lograr el tan codiciado viche. Entre trago y trago, me explica que el viche es muy fuerte, sobrepasa las medidas estándares y lo hace casi impasable. Por eso ellos desarrollaron derivados del viche como La Tomaseca, El Arrechón o el Siete Polvos. Sus nombres hacen pensar otra cosa, esto es debido a los poderes afrodisiacos y el alto contenido de alcohol que contiene uno de estos exóticos brebajes que te dejen super caliente desde el primer trago y con una locura extrema. Son verdaderos elixires del Pacífico.
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