Yo había visto que alguien demandara para que se hicieran obras, pero nunca para que no se hicieran. Y eso es lo que está haciendo el Centro Democrático de Boyacá con la demanda que le puso el diputado mono Sánchez al empréstito que tramita la Gobernación para terminar las obras de Duitama, el terminal de Tunja y otras.
Según publica hoy 18 de agosto el Boyacá Siete Días, el Gobernador de Boyacá anunció que los procesos licitatorios para las obras de la Circunvalar y de la Carrera 20 de Duitama ya están en marcha, lo que por supuesto nos pone muy contentos a los duitamenes.
Pero se escucha decir que si la demanda de los uribistas prospera, pues sencillamente las obras se paralizarán dejándonos a los duitamenses con el gran problema vial. Lo mismo pasaría con el terminal de Tunja que necesita de esos recursos para su culminación.
Por eso empecé diciendo que yo había visto que alguien demandara para que se hicieran obras, pero nunca para que no se hicieran. Y eso tendrá su costo político para el Centro Democrático.
La verdad, los boyacenses no sabemos qué intereses hay detrás de esto, pero lo que sí sabemos es que si esas obras no se hacen, el uribismo con sus políticos: el “mono”, Rigoberto Barón y Ciro Ramírez la tendrán de para arriba para explicar el por qué de la tal demanda.
Paradójicamente, lo único que puede salvar al Centro Democrático en Boyacá de semejante chicharrón en el que se metieron, es que Amaya pueda seguir con esas obras y entregarlas. Así los tres uribistas mencionados no tendrán que ir explicando casa por casa la tal demanda.
Ante el hecho de no dejar hacer unas obras, no existirá Uribe explicando y tratando de rescatar votos. Por muy uribista que sea, nadie se va a aguantar que se quieran frenar obras.
Mejor dicho, más que un tiro en un pie, la demanda puesta contra ese empréstito puede ser un tiro muy cerquita al corazón del uribismo boyacense.