El conflicto, un factor determinante que atrasa regiones
El conflicto armado en Colombia ha sido uno de los factores determinantes de desplazamiento, desapariciones, falsos positivos, (casos que aún no se esclarecen), entre otras situaciones que acarrea la violencia que ha llegado a toda la geografía nacional, aunque algunos lugares han sido mayormente golpeado por este flagelo, como es el caso del Catatumbo, la tierra de nadie.
Hablar del Catatumbo nos hace pensar en dos variables importantes. La primera, nos lleva a dibujar en nuestra imaginación, la diversidad natural que en esta zona del país se halla concentrada, la selva espesa, el campesinado que labra estas tierras para sacar sus frutos a las diferentes poblaciones vecinas, un territorio donde no ha llegado la mano negra de la minería y donde se presume, existen muchos minerales, reservas que los mismos pobladores se han encargado de cuidar.
Por otra parte, hablar del Catatumbo es hablar de grupos alzados en armas que se han concentrado en esta parte del país, es hablar del centro de operaciones del ELN, EPL, entre otras BACRIM que operan y se ocultan en toda esta zona, la cual se presta para que los grupos anteriormente mencionados delincan y habrán sus tentáculos a otros departamentos donde han logrado influir.
Dentro de lo que se ha podido conocer, Ocaña y sus diferentes corregimientos y veredas son los mayormente afectados por la violencia que por más de 60 años ha manchado de sangre cada rincón de la geografía nacional. Cuando escuchamos hablar de este departamento u alguno de sus municipios no se menciona nada positivo sobre el turismo, sus fiestas y tradiciones; sino más bien, un concepto de violento, gracias al abandono gubernamental que por años se ha hecho el de la vista gorda al momento de intervenir y darle soluciones a los temas que hoy aquejan a los habitantes de Catatumbo.
Megateo ángel o demonio del Catatumbo
Cualquier nortesantandereano, para no decir que colombiano, en algún momento escucho mencionar el alias “Megateo”, que para algunos habitantes del Catatumbo fue catalogado como un líder, más allá de las actividades delictivas a las cual se dedicó por muchos años, también fue capaz de ayudar a muchos campesinos, personas que llegaban a la región y aportar económicamente al “desarrollo” de su territorio.
Luego de la muerte de este narcotraficante y cabecilla de un grupo al margen de la ley, la economía se ha visto afectada en esta zona del país, dado a que sin temor a decirlo, Ocaña, sus pueblos y veredas más cercanas y pertenecientes a la zona del Catatumbo, se mantuvieron por mucho tiempo bajo el manto y los ingresos que generaba el narcotráfico, situación en la que muchas familias se vieron involucradas y decidieron huir y otras hoy purgan una pena intramuros por su participación o vinculación con el líder guerrillero anteriormente mencionado.
Hoy Catatumbo sueña con que la pesadilla de la guerra por fin salga de sus territorios y que solo se escuchen las historias terroríficas que esta vivencia les dejó a muchos, es el anhelo de niños, jóvenes y adultos, que buscan escribir una historia distinta, basada en el desarrollo, en la inversión gubernamental, la educación y la paz, que les permita vivir sin temores y ver su pueblos surgir luego de haber aguantado tantos golpes por diferentes grupos que se ubicaron en esta zona estratégica para ellos, pero perjudicial para quienes quieren estar fuera de un conflicto sin sentido.
Zona de frontera
Otra de las situaciones que le ha tenido que soportar Norte de Santander y la zona del Catatumbo, es la llegada de venezolanos que hoy se ubicados en diferentes lugares, los cuales han llegado como cual desplazados por la violencia, destacando que cada uno posee un arte lo cual también ha afectado la economía critica por la que hoy pasa el país, pero tratando de buscar nuevos horizontes, aunque algunos han querido ganarse el dinero fácil, no todos los que han cruzado la frontera han querido realizar una labor legal, la seguridad en esta parte del país se ha visto afectada por aquellos que en busca de ganar más en poco tiempo, delinquen y aterrorizan a un pueblo que cansado ya de la violencia. Hoy muchos campesinos, personas del común y visitantes se quejan de lo que las problemáticas del vecino país han repercutido en Colombia y más en los departamentos fronterizos como lo es Norte de Santander.
Anhelando un cambio de rumbo, esta porción del país que se ha sido mayormente afectada por la violencia se ha tomado la tarea de creer que puede existir un país diferente. Creen en la conciliación, en el olvido y la no repetición, quieren empezar de cero y a la vez buscan también aportar su granito de arena para aguantar los golpes que el destino le ha de dar a este territorio olvidado, discriminado, señalado, la cual se muestra como una zona baldía, como si el Catatumbo fuera la tierra de nadie.
