En nuestra querida costa la mayoría de los habitantes no tenemos plena certeza ni cuentas claras acerca de cuáles y cuántos son los congresistas que nos representan ante el "honorable" Congreso de la República.
Este órgano de tan suma importancia, ante la toma de decisiones que pueden mejorar las condiciones socioeconómicas de las regiones ligadas directamente con las de índole política, ha sido el espacio que algunos de los representantes costeños ante el Senado y miembros del partido de la U como Musa Besaile Fayad y Bernardo Miguel Elías Vidal, alias el "Ñoño" Elías, han usado de circo para hacer maniobras corruptas que le han costado al país detrimentos patrimoniales de hasta 84.000 millones de pesos, según la Fiscalía General de la Nación. Estos se ven reflejados en el escándalo con la firma brasilera Odebrecht, del que estos payasos han sido partícipes con los supuestos contratos de las concesionarias rutas del sol 2 y la vía Ocaña –gamarra, repartiéndose así el dinero que todos los costeños y colombianos pagamos a diario en tributación fiscal.
Casos como este y muchos otros que salen a relucir en la larga lista de escándalos de corrupción todos los días, han sido uno de los causales del gran hueco fiscal por el que atraviesa la economía de la nación hoy, que además ha generado que se lleve a cabo una reforma tributaria que está golpeando monetariamente los ingresos de los empleados asalariados y clases más bajas, a través del cobro de impuestos regresivos como el del IVA a los consumidores sin importar su nivel de ingresos.
Tal vez de manera superficial no se nota que es a los ciudadanos de a pie a quienes más afecta, pero sí lo hace, debido a que su capacidad adquisitiva se ve reducida; es decir, tienen menos posibilidades de obtener bienes y servicios manteniendo los mismos ingresos bajos y teniendo que pagar un impuesto al consumo más elevado, que es precisamente el más dinámico ya que las clases asalariadas suelen gastar un 90% de sus ingresos en ello, y teniendo en cuenta además que el salario mínimo en Colombia alcanza solo para la subsistencia.
Al menos hoy estoy segura de que el señor Musa Besaile adelanta trabajo de campaña al Senado, usando a jóvenes universitarios con los que he podido interactuar y sus palabras son muestra una vez más de que los ha manipulado de alguna manera con el cuentico de que traerá desarrollo y bienestar social a nuestra región, y así como él muchos otros politiqueros del departamento de Sucre investigados por presuntos nexos con este escándalo de sobornos como el senador Antonio Guerra de la Espriella.
Como costeña y ciudadana espero que sea esta y muchas otras de las razones que tal vez no haya mencionado, suficientes como para que en la costa tengamos plena conciencia y nos amarremos los pantalones, para no salir a votar en las próximas elecciones al Senado y representantes a la cámara por los mismos politiqueros que han desangrado nuestra región y que seguramente volverán a aspirar a cargos públicos, si la justicia colombiana se los permite dejando impune como muchos otros de estos escándalos, que por lo general son sobornados con la misma plata hurtada.