Estoy enterado del intento del Fondo de Cultura Económica de publicar Correspondencia, 198 cartas de Andrés Caicedo.
Y digo "intento" porque también conozco la pretensión de las hermanas del genial escritor, Pilar y Victoria, de impedir que tal libro vea la luz.
En la era de la comunicación y del potente mundo de internet, toda pretensión censora está llamada al fracaso. Como alguien más que las hermanas Caicedo tiene las cartas, si no es el FCE el que las publica será cualquiera que tenga o haya tenido acceso a ellas el que las dará a conocer a través de la red.
Por eso es razonable y de sentido común que cese cualquier impedimento para conocer la correspondencia de Caicedo. La pésima imagen que se han labrado las hermanas Caicedo con su postura poco sensible, puede ser remediada si permiten que una bella literatura se ponga al alcance de quienes, españoles, americanos, o de cualquier parte del mundo, disfrutamos con los libros.