A partir del 1 de agosto comienzan a regir las multas económicas a los ciudadanos que incumplan las reglas estipuladas en el polémico Código de Policía, terminaron las multas pedagógicas, y la verdad yo aún veo el mismo caos y las mismas costumbres imprudentes en los citadinos.
Los 243 artículos están clasificados en 4 tipos: la de tipo 1 es de un valor de $98.362 que incluye por ejemplo no recoger el excremento de la mascota; la de tipo 2 es de $196.724 que sanciona generar riñas o portar armas (en el centro de Bogotá, en la décima con 13 harían una fortuna con esta multa); la de tipo 3 es por un valor de $393.499 la cual sanciona beber en lugares prohibidos; y la de tipo 4 cobra $786.898 sancionando las personas que dejen sus “gracias” en el espacio público.
Algo erróneo, hay que pagar más por mearse en público que por cargar un arma, creo que se hace más daño con un cuchillo que con orina, pero bueno.
El Código busca el correcto comportamiento de los ciudadanos dándoles la oportunidad de poder pagar la multa de tipo 1 y 2 con trabajo comunitario, (hacer trabajo pedagógico por cargar un arma, de nuevo, un absurdo) y las de tipo 3 y 4 pueden obtener un 50% de descuento si se paga en los primeros 5 días hábiles.
Hay que ver cada una de las sanciones que están contempladas en los tipos de multa, es ilógico darle más oportunidad, o mejor, que tenga que pagar menos una persona que va armada (que si lo está es porque obviamente va infligir daño) que alguien que se toma una cerveza o se fuma un porro en la calle. Entiendo, no todos disfrutan de ver borrachos o gente quemando mata, pero al menos tiene la intención del esparcimiento, no la de lastimar o herir físicamente a los demás.
Lo que se busca con estas multas económicas es algo que la policía no ha podido ganar: respeto.
Es bueno dar un paso adelante y buscar soluciones a tanto problema y tanto desorden que se ve en Bogotá, por ejemplo: los famosos colados de TransMilenio, los cuales han sido expuestos con las puertas que sonaban (que ya no suenan), con los pitos, con payasos, con una campaña de un pato que es malísima, y con un montón de cosas que no dieron resultado, y así como éste problema hay muchos ahora se quieren solucionar afectando el bolsillo de las personas.
Creo que es estúpido creer que cobrarle dinero a alguien lo va a estimular a cambiar para bien, la convivencia se basa en el respeto por el entorno y la empatía para actuar de forma civilizada, y no, el Código de Policía con sus sanciones no logra eso, solo hace que las personas tengan más cuidado al momento de hacer una infracción, por ejemplo: guardar mejor las armas, esconder el trago si pasa una patrulla (si es que pasa), jalar al perro rápido apenas deje su excremento para no tener que recogerlo, y así, hay un montón de “trucos” que la “malicia indígena” nos ha enseñado. Además como todo los programas ridículos que han sacado: va pasar de moda.
Quieren una verdadera solución: a cada persona que haga una infracción póngale un uniforme, de un color muy fuerte, y que haga aseo en TransMilenio o en las calles, las personas les molesta más verse expuestas que pagar una multa.
También hay que mencionar hechos imposibles de cambiar: los sueldos son paupérrimos y los horarios de trabajo son explotadores, entonces las personas no van a tener la capacidad de cumplir los cursos pedagógicos o de tener el dinero para pagar, aquí tal vez aparezca Codensa para ofrecer su servicio de pago de multas a cuotas, no lo digo por desmeritar, pero sí para decir una verdad.
Tal vez usted diga: pues que haga caso y punto, qué imbécil la persona que escribe esto, pero, las sanciones económicas ya existen y no funcionan, o acaso ¿no han visto noticias de los conductores que se estrellan y después descubren que tenían miles de multas sin pagar? otro ejemplo, los restaurantes con multas por insalubridad y que siguen funcionando, hasta que alguien se envenena y descubren que tenía multas sin pagar.
¿A qué quiero llegar? Cobrar ya existe, no es nuevo, no es pedagógico, y no ha funcionado, porque no hay cambios reales y los infractores siguen por ahí.
Entonces, me limpio el rabo con el Código. El miedo y pagar multas no puede ser el método de educación en una sociedad, no puede ser nunca porque la comunidad se revoluciona y se alborota ante la menor sanción, y el Código va generar reinterpretaciones, además de la aparición de personajes que digan: usted no sabe quién soy yo, usted no me puede poner una multa
La educación, señores, es la única herramienta: en el colegio, en la universidad, en el trabajo, hacer cursos de convivencia que se puedan certificar, en espacios controlados y que se puedan comprobar, porque de qué sirve andar debiendo multas cuando hay personas que tienen antecedentes judiciales y andan tranquilos como si nada ¿y la policía? Bien, gracias, chateando en la estación de transmilenio, actualizando el Facebook en el CAI y grabando videos de mujeres para “enseñarle” lo que estipula el famoso Código de policía.
