Hugo Chávez siempre tuvo presente la celebración de 40 años que le hizo la Juventud Trabajadora de Colombia en su primer viaje a Bogotá en 1994. Habló muchas veces de la invitación que le había hecho el entonces Representante a la Cámara Gustavo Petro y su asesor José Cuesta Novoa cuando recién había sido indultado por el Presidente Rafael Caldera después de dos años en la cárcel por su fallido levantamiento contra Carlos Andrés Pérez.
Durante semanas Novoa y Petro intentaron ubicarlo. Insistentes llamadas, cartas y faxes, hasta que lo lograron y sin dudarlo el teniente coronel aceptó la invitación en nombre de la Fundación Cultural Simón Rodríguez. Con el “Si” en la mano se propusieron encontrar quien financiara el viaje. La Juventud Trabajadora de Colombia –JTC- asumieron el hospedaje en una pensión, otros amigos aportaron el dinero para los tiquetes y la alimentación durante los ocho días de permanencia en Bogotá. Petro y Novoa lo esperaron en El Dorado. Del encuentro solo quedaron buenos recuerdos.
Petro lo acompañó en un recorrido por la carrera séptima antes de la primera reunión con el triunvirato presidentes de la Asamblea Nacional Constituyente del 91: Antonio Navarro Wolf, Horacio Serpa y Álvaro Gómez. Hablaron de los sueños del Libertador y de la posibilidad de construir un país que tuviera como bastión la justicia social, recordó Petro alguna vez. La experiencia de lograr una nueva Constitución como elemento de transformación social relatada por el recién desmovilizado Antonio Navarro resultó muy fructífera para el futuro político de Chávez.
El cumpleaños cuarenta lo cogió en Bogotá entre los muchachos de la JTC. Petro buscó al Negro Naim, un poeta de izquierda que tenía un grupo de músico llanera y Chávez lució su portentosa voz y, atreviéndose a tocar el cuatro, cantó las canciones del recordado trovador Alí Primera. Se inició entonces una relación que perduraría en el tiempo y que convirtió a Petro en el mejor interlocutor de los temas políticos y empresariales de cualquier colombiano con el gobierno venezolano, nada menos que a través del número 1: el Presidente Hugo Chávez.
Una cercanía que ha sido caballito de batalla del Centro Democrático para estigmatizarlo. Cuando llegó a la alcaldía de Bogotá en enero del 2012, lo acusaban de tener reuniones secretas en Caracas y que recibía instrucciones precisas de Chávez. Nunca lo pudieron comprobar. Lo que si es cierto es que Petro no escondía su admiración por el presidente venezolano. Cuando murió, en marzo del 2013, el entonces alcalde de Bogotá viajó a Caracas y aseguró que el espíritu chavista perduraría en Latinoamérica para siempre.
Sus convicciones parecían estar firmes incluso cuando a mediados del 2016, en una visita a Caracas, publicó este trino
El trino le generó un hondo rechazo no sólo en Colombia sino en la oposición venezolana. Sin embargo un año después, ni Petro ha podido ocultar la crisis venezolana que golpea a la población.
El pasado sábado 29 de julio, a un día de las elecciones para la Asamblea Constituyente Petro trinó algo que dejó pasmados a las 2 millones y medio de personas que lo siguen en Twitter:
Este retuit también desconcertó a los seguidores:
Un admirador de la Revolución Bolivariana como el ex alcalde de Bogotá, ahora candidato presidencial ha empezado a tomar distancia de Nicolás Maduro, quien pareciera no ser el mejor sucesor de Hugo Chávez, así hubiera signado por él.