"Yo voto por el que diga Uribe" no es una frase sana que indique colectividad, partido, respaldo y confianza, ya que antes de elogiar al expresidente Uribe y demostrarle fidelidad cuando se dice, más bien puede evidenciar una posible debilidad del partido Centro Democrático, que como niño malcriado siempre requiere que sus padres, aún en las decisiones más personales, actúen por él.
El hecho de que el expresidente Álvaro Uribe Vélez sea una persona con gran carisma, y respaldo de millones de colombianos, no es sano. Mucho menos que su partido espere que todo lo decida él. Así como van las cosas, personalmente no le veo futuro a este partido de centro derecha que el expresidente lanzó hace unos cuantos años atrás.
Los militantes del CD deben crecer, no es posible que la responsabilidad de partido recaiga toda sobre Álvaro Uribe Vélez. Un partido no puede estar representado en una sola persona, no puede suscribirse a lo que diga una sola persona, tampoco puede moverse por las directrices de una sola persona. Esto predeciría su corta existencia como fuerza electoral, pues si el expresidente Uribe faltara, el partido dejaría de existir.
Sé que ningún militante de esta fuerza electoral está pensando en eso, en que algún día podrían dejar de existir, pero deben trabajar mirando el futuro, porque de lo contrario el CD será un partido efímero, de corta vida.
El momento crucial que atraviesa el país exige un compromiso de mucha responsabilidad y seriedad por parte de los actores, pues estamos en un momento importantísimo de la historia de Colombia. Por un lado tenemos a la guerrilla de las FARC, quienes esperan que lo acordado en el proceso de paz continúe. También está en el escenario electoral una gran parte del pueblo colombiano que se siente traicionado por el presidente Santos, quien impuso, a pesar del resultado del plebiscito, unos acuerdos votados NO el pasado 2 de octubre de 2016.
A este panorama también tenemos que meter la eminente decadencia del modelo castrochavista, y el fantasma de una Venezuela en Colombia, lo cual habla que las decisiones deben tomarse a conciencia y no por emoción.
En las bases del partido Centro Democrático debe haber hombres y mujeres con mucho criterio, que tienen claro el ideario del expresidente Álvaro Uribe Vélez, que no traicionarían a su eterno presidente, que podrían catapultar las ideas uribistas a la dimensión de la Colombia de hoy; y no la de ayer que vivió temerosa por las incursiones paramilitares y de guerrilla.
Hay personas en el Centro Democrático, como José Obdulio Gaviria, que han recibido todo tipo de insultos y tratos por parte de opositores y amigos, luchando por el ideario del partido. Obdulio, como escudero, ha acompañado en todas las batallas al hoy senador Álvaro Uribe.
El escenario ha cambiado, por eso el CD debe tomar decisiones con altura, considerando las verdaderas bases del partido, aquellos que llevan la camiseta con los colores patrióticos de la nación, y no otro color, combinación de ideologías distintas a las de Uribe Vélez.