LOS POLICÍAS Y SU PASIÓN POR LOS DESNUDOS
Definitivamente al general Nieto se la viven haciendo sus policías y como él no corrige, se la repiten. No sabemos todavía quiénes fueron los policías responsables de desnudar a los presos de la estación de Puente Aranda para tomarles fotos, cuando aparece el caso de la modelo Kathe Martínez, quien fue llevada alicorada junto con sus amigos a la estación de Meléndez en Cali y grabada por los policías mientras hacía un streptease esposada en una de sus manos a una ventana. Independiente de las investigaciones que puedan realizarse y las responsabilidades que endilgarán, lo que debe cambiar es el espíritu policial que cree importantes desnudar a los detenidos y fotografiarlos para subirlos al WhatsApp.
PINZÓN SE QUEDÓ MÁS SOLO QUE EL PERRO DE LA VICTOR
Como dice mi compañero de faenas diarias, Hernán Peláez, el candidato presidencial Juan Carlos Pinzón quedó más solo que el perro de la Victor, entretenido con la bocina. A su distanciamiento con Santos, a su renuncia al partido de la U y a la falta de estructura electorera que lo rodeara, se ha unido la determinación de los senadores y representantes del aporreado partido de la U, enfermo de la aftosa de Irragori, de continuar en bloque apoyando un candidato que el presidente Santos escoja y no separándose tras candidatos diferentes. En otras palabras, que la ilusión que le crearon desde la Casa de Nariño para que viniera a conseguir amigos entre los congresistas del gobierno, resultó ser solamente eso: una ilusión.
EL FRACASO DE CÁRDENAS
Aunque la mermelada no deja ni dejará que se haga un balance público de los resultados de la RTO ( reforma tributaria oligárquica) que impusieron Santos y Cárdenas, las calificadoras Moody´s y Fitch y el mismo Fondo Monetario Internacional han señalado que lo pretendido con esa reforma no se logró y que, por el contrario, el impresionante bajón en el consumo de los colombianos durante el primer semestre frenó la inflación pero dejó al estado gastando sin parar y recogiendo mucha menos plata de la calculada porque el IVA, aunque subió al 19 %, espantó a los consumidores. Eso se llama, aquí y en Constantinopla, un fracaso.