El Acuerdo de paz fue la solución al conflicto armado en Colombia en la medida en que el gobierno al fin comprendió que las FARC, más allá de sus armas, lucharon siempre contra la exclusión política que significó el Frente Nacional.
Es por esta razón que, aunque polémica, su participación en política era uno de los ejes fundamentales del Acuerdo. Recordemos que no fue una rendición de ninguna de las dos partes, sino un consenso.
Las FARC no entregaron las armas para ir directo a las cárceles 50 años , y eso es lo que muchos colombianos, entre ellos la ferviente oposición, parecen no haber entendido.
Las FARC entregaron sus armas para en vez de disparar poder pararse allá en los atriles del honorable Congreso de la República a alzar la voz durante horas discutiendo sobre el presente, así como el futuro de la nación.
¿Y cuál es el escándalo? Lo intentaron en los años 80 cuando formaron el partido Unión Patriótica (UP). Luciano Marín Arango, alias Iván Márquez fue congresista y sobreviviente del exterminio de los integrantes de este partido político. Sin embargo, regresó al monte dadas las circunstancias. Más de 30 años después volverán a hacer parte de la política colombiana, como debió ser desde el principio.
En estos días varios medios de comunicación afirmaron que el nombre de este nuevo partido político conservaría las siglas FARC-EP, pero ahora siendo el Frente Amplio de Reconciliación de Colombia - Esperanza del Pueblo.
No más FARC. Si no se desligan de ese nombre el imaginario colectivo seguirá estancado en los secuestros, las masacres y la extorsión. Lo más probable es que nadie recuerde el nuevo significado de las siglas y quizás ni ustedes mismos lo hagan. Esto se prestaría para una confusión que no le conviene a nadie.
Es entendible que quieran conservar su bandera de lucha, pero la memoria de los colombianos tal vez los traicione si continúan recordando su nombre, sin avanzar en el proceso de superación del conflicto en aras de lograr la verdadera paz, pues estas 3 letras abarcan no solo la firma del acuerdo, ni la entrega de los fusiles, ni la extracción de caletas … la paz tiene una connotación social que implica la reconciliación nacional, desde la Guajira hasta el Amazonas y desde Nariño hasta el Vichada.
La paz implica que su participación en política sea una muestra de la apertura democrática que se consignó en el Acuerdo. Implica que todos logremos superar el conflicto, no porque hayamos participado directamente en él, sino porque el conflicto aún vive en la mente y el corazón de muchos colombianos.
Llamarse el partido de las FARC puede degradar el debate en el Congreso. Llamarse el partido de las FARC enardece los odios. Llamarse el partido de las FARC imposibilita que se les asocie con paz. Llamarse el partido de las FARC le facilita el camino a los opositores para que continúen sus ataques al proceso y a la reputación del partido naciente.
El castellano es muy amplio. Existen miles de posibilidades para combinar las palabras. Hay que ser innovadores o nos quedaremos mirando hacia el pasado. No más FARC, deben pasar la página y ayudarnos a pasarla también.
