Colombia es uno de los países del mundo que más festivos celebra, 18 en total. Al revisar qué se celebra en cada festivo la mayoría son de carácter religioso, algo que marca la arraigada cultura católica que está instaurada en los colombianos.
Entonces, aprovechando tanto festivo religioso, ¿qué tal si aprovechemos que viene el papa y le decimos que canonice al Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos?
No lo digo por su Nobel de la Paz, para nada, y NO, no soy santista, y NO, tampoco uribista. Esta petición la hago por el alto grado de influencia que tienen las figuras católicas en el diario vivir de los colombianos. Es normal escuchar: que Dios le dé salud y trabajo, que Dios me lo proteja en su recorrido, que Dios le dé alimento, que Dios le dé dinero para pagar los estudios, y así puedo continuar mencionando un sinfín de oraciones que solo buscan un buen vivir, plegarias que los seguidores dicen para que tengan una mejor vida. Sin embargo, al analizarlas cada una de estas peticiones son labores que le competen al estado, más exactamente a Juan Manuel Santos.
Un festivo más, un día más para hacer pereza y no tener que trabajar o estudiar, celebrando un día a San Santos, el santo que cumple lo que promete, esta sería mi premisa para su canonización, porque son varias las promesas que ha incumplido: a los camioneros, a los chocoanos, a los indígenas, a los pensionados, etc… en fin, todos sabemos lo mucho que habla y lo poco que cumple.
Y como poder añadido de San Santos, sería: el santo que ayuda en las negociaciones, este sería su plus para todos los que tengamos una reunión logremos de forma “adecuada” la firma de un contrato.
Pido esta canonización porque las figuras religiosas son el salvavidas de los políticos hoy en día, escuchen las plegarias que hacen los creyentes, —ojo, de cualquier religión— y estas invocaciones divinas se enfocan en labores que tiene que cumplir el Gobierno: seguridad, salud, trabajo, estudio, etc. Aunque al parecer la urgencia es tanta y la incompetencia del Gobierno es tan grande que la única salida que queda es la fe.
¿Se imaginan que las personas no tuvieran creencias religiosas? Estaríamos más frustrados y más envenenados, y es que el gobierno y en especial Juan Manuel Santos deberían agradecer que las personas opten por el culto religioso, por la petición a un símbolo religioso. El pueblo en lugar de hacer una protesta social se va por la fe y le atribuye a esta creencia cosas que deben cumplir los políticos.
Ser político es difícil, no debe ser tarea fácil proponer y esperar la aprobación de asambleas o un cuórum, bueno, una serie de trámites para aprobar algo que busque un beneficio social, pero lo que no acepto es hablar e incumplir, y si nos remitimos a los santos —los de verdad, no la familia del Sr Presidente— ellos permanecen en silencio, son estatuas que representan una deidad y escuchan al pueblo, algo que le hace falta a nuestro Santo, sí al Sr Presidente.
Hago esta petición antes que la haga una empresa extranjera e invierta en la reelección, perdón, en la canonización, y se ahorren esa platica en compra de twitters, y se le dé un mejor uso a ese dinero, y así en unos años el festivo de San Santos, hagamos pereza y salgamos en chanclas y como locos ridículos a gritarle a los creyentes “yo tengo derecho a dormir” mientras los religiosos y los no creyentes seguimos haciendo oraciones para que el gobierno al fin cumpla lo que promete.
