Ya saben mujeres, para nosotras… prohibidas las minifaldas, prohibido tomar licor y prohibido rumbear. Mientras tanto, bienvenidos los hombres tomados o borrachos, los que ven solo sexo en las mujeres y los que no pierden ningún papayazo, así sea solo imaginario. Si a esto se le suma que el embarazo adolescente es solo un pecado de las niñas —como si se embarcaran solitas en esta dura aventura—, es evidente que esta Colombia del Siglo XXI se mueve velozmente hacia el siglo XIII. El país ha sido muy duro con Andrés Jaramillo —y sus paradójicas declaraciones— sin darse cuenta que lo que él dijo es precisamente lo que piensan muchos hombres, no solo de su generación sino aún más jóvenes, y para quienes las mujeres son exclusivamente objetos sexuales. Es en todos esos hombres colombianos y no solo en Andrés en quienes debe caer la merecida avalancha de protestas que se han generado a raíz de sus declaraciones. Aunque hay honrosas excepciones, aquí es válido el adagio "al que le caiga el guante que se lo chante."
Este no es un hecho aislado, forma parte de una cadena y llegó la hora de que esta sociedad colombiana arcaica y machista reaccione. Pero, esto no va solo para los hombres sino también para las mujeres, los líderes, los empresarios, los que producen para la televisión, los periodistas, o mejor dicho, para todos. Nuestra sociedad parece no querer entender que hay algo que se llama 'valores globales', que califican a una sociedad como moderna o retrasada, y que destacan la equidad de género como uno de los más importantes. Es decir, ser un país respetado en el mundo global no se logra solo siendo competitivo en los mercados mundiales sino también demostrando que su sociedad procede de acuerdo con los 'valores globales'.
¿En qué países las autoridades no le paran bolas a una mujer violentada sino cuando ya la asesina su pareja, no solo a ella sino a sus hijos? En Colombia sin duda, como en Bogotá el fin de semana anterior, uno entre muchos casos. ¿En qué países no conmueve un informe que demuestra que los embarazos adolescentes se producen en relaciones con hombres que le doblan la edad a estas niñas? En Colombia, donde el informe anotado pasó desapercibido por una gran mayoría, y ¿el ICBF dijo algo? ¿En qué países aparecen 'sin padre conocido' la mayoría de los niños abandonados? En Colombia, un país desde hace mucho tiempo se cataloga como uno de padres ausentes.
¿Qué hay que hacer? Fácil… empecemos por las telenovelas; no hay ninguna que se respete donde no le 'casquen' a las mujeres. O si no, están llenas de madres complacientes que tratan a sus hijos varones como reyezuelos; para no mencionar aquellas donde un hombre es asediado por el amor de varias mujeres, como si fuera el único en la tierra. Sigamos con las propagandas; aquí no se promueve un tornillo sin una linda mujer en minibikini agarrándolo, indicando que el cuerpo de la mujer es lo único que atrae la atención de estos machos colombianos.
Pero también hablemos de las mujeres y nuestra culpa. Ver a madres profesionales, que se matan por darles a sus hijas todo lo que ellas no tuvieron, fomentando la belleza y no la inteligencia de ellas es realmente deprimente. Hoy dicen que ser modelo exitosa es el camino rápido de hacer dinero, pero ese no siempre es fácil y definitivamente, nunca es duradero. Sin embargo, es común enterarse cómo niñas muy jóvenes son sometidas a dietas absurdas, cimentando su realización personal en su juventud y su belleza, como si esas fueran eternas. Aún más absurdo en este país, donde las mujeres nacen lindas y no siempre 'se hacen'.
¿Y los hombres qué? ¿Les vamos a seguir aceptando sus chistes morbosos en las conversaciones? ¿Vamos a seguir permitiendo que dominen el poder social, político, y económico porque 'no encuentran mujeres' que puedan reemplazarlos en sus posiciones de liderazgo? ¿Vamos a seguir aceptando que ellos pequen —con violaciones, golpes y asesinatos— porque 'dizque' nosotras los provocamos?
Nuestra sociedad no puede seguir bajo el dominio de valores patriarcales del siglo XIII porque el meollo del asunto está en que las mujeres hemos cambiado radicalmente y los hombres no. Llegó la hora de que la educación dentro y fuera del hogar, la política, la religión, la economía, la política social, las relaciones de pareja formales o informales, entre muchas cosas más, acepten esta sencilla realidad y dejen de buscar pretextos en una simple minifalda.
E-mail [email protected]
www.cecilialopezcree.com
www.cecilialopez.com