¿Cansado de Uribe? Pues esta es la receta para derrotarlo: Ignorarlo. Ya basta de intentar convencer a tu tía uribista de que el tipo es más malo que Caín. Como dijo Trump: "Podría disparar a la gente en la Quinta Avenida y aún así no perdería votos". Es lo mismo, los rufianes como Trump, Chávez, Uribe o Duterte, basan su poder en que logran mantener unida una cantidad suficiente de fieles seguidores que les permite ganar elecciones.
Pero te preguntas ¿por qué mi tía no se da cuenta de que en su gobierno este tipo fomentó la corrupción, desplazamiento de campesinos, hizo pasar a personas humildes como guerrilleros, entre un largo etcetera de canalladas? Pues la razón es sencilla, tu tía ya lo metió en su corazón, él fue el héroe ficticio que nos libró de la guerrilla y logró arrinconarlas; eso para ella ya es un hecho y está tatuado en su alma. Cuando alguien mete en su corazón a otra persona, entre más la ataquen, así sea con razones de peso, pues más lo defiende. Es como el hijo malandrin del cual todo el mundo da quejas, pero para su mamá es la persona más buena del mundo, para ella los malos son cualquiera menos él.
Con el tratado de paz las Farc desaparecieron, la gente, incluyendo sus fieles seguidores que no tienen casi memoria se van olvidando de la gesta de Alvarito en su gobierno y el hombre va quedando en el olvido, perdiendo poder. Pero ojo, estamos hablando de Uribe, uno de los tipos más sagaces que han dado estas tierras. Él no se queda manicruzado y piensa: "si ya no puedo pelear con las Farc, ¿qué hago? Fácil, me invento un nuevo villano, el cruel Santos, el traidor, ese maldito que entregará nuestro querido país al Castrochavismo y nos convertirá en poco tiempo en una Venezuela”.
Entonces, monta el circo, insulta por aquí, calumnia por allá, grita por aquí y llora por allá, y los medios, como casi no tienen noticias interesantes que les mantengan el rating, pues publican en primera plana la pelea de turno que tenga cazada nuestro héroe. Como pasaba en el colegio, todo el mundo se arremolina a ver qué pasa, los indiferentes nos indignamos de sus malas maneras pero sus seguidores lo mantienen vigente y se solidarizan con él. Todos, indiferentes y seguidores, comentamos en redes, leemos la noticia, tuiteamos y retuiteamos.
De un día para otro todo el mundo está hablando de la última travesura de nuestro querido héroe, a la tía uribista se le hacen corazoncitos en los ojos al ver cómo nuestro protagonista pone el pecho a los ataques de cuanto mamerto castrochavista resentido se le atraviesa y piensa que en Colombia el héroe sí existe y tiene nombre propio. Seguramente, en el 2018 votará por el que diga Uribe y elegirá presidente porque nosotros, los indiferentes, repartimos nuestros votos entre los otros 19 candidatos no uribistas. O mejor aún, no votamos, no hay nadie que nos mueva el piso como se lo mueve Uribe a la tía.
Pues el reto es ese, ignóralo, si nadie hace corrillo cuando el hombre arma pelea pues dejará de ser atractivo y su chispa se irá apagando. Puede que hasta quizá ocurra el milagrito de que la gastritis le haga recordar a tu tía cuando vaya a sacar una cita en la EPS para que le tomen una endoscopia y se la den para el próximo año que el que se inventó este sistema de salud fue su queridísimo Uribe y hasta pueda que ya no le de por votar por quien él diga.
Te reto a ignorarlo para apagar su chispa. Para pelear se necesitan dos y si no hay pelea, no hay show y si no hay show, no hay Uribe, téngalo por seguro.