El primer Tour que corrió, en el 2013, era el gregario de Alejandro Valverde. La primera semana perdió cinco minutos cumpliendo órdenes del equipo y solo cuando un accidente marginó al murciano, Nairo tuvo libertad. Fue segundo y todos se preguntaron que hubiera pasado si el boyacense hubiera arrancado como líder. Dos años después era el ciclista más fuerte del pelotón. Un descuido del equipo en la segunda etapa le hizo perder un minuto en una fracción plana. No lo arroparon bien. Para colmo se vio impedido para atacar porque a Unzue, su técnico, se obsesionó con la idea de tener a sus dos bazas principales en el podio. Solo en la última etapa, la del Alpe D’ Huez, Nairo atacó y lo destrozó todo. Ya era muy tarde.
Lo de este año da más rabia. Froome viene aquejado de una lesión en la espalda. Está lejos de ser el de otras temporadas. Era perfecto dar el zarpazo. Pero el Movistar cayó en la tentación comercial de asistir al centenario del Giro. No la tenían claro si el boyacense iba a poder hacer el doblete, algo que no se hace desde 1998 cuando Marco Pantani lo hizo. Como señalaban los especialistas se reventó. Era previsible. Hasta el papá de Nairo se dio cuenta que el equipo se había equivocado. Nada más miren la nómina que confeccionaron. El que mejor le podría ayudar a Nairo era Marc Soler a quien tienen como líder de filas en la Vuelta a España. Llevaron un equipo muy regular, con un Andrey Amador destruido, mamado. Solo por ahí el bananito Betancur ha logrado sacar la cara.
Nairo debe agradecerle a Unzua que haya creído en él. Nadie lo discute. Pero ya hay que partir.
Adentro del equipo pasó algo y no lo quieren decir. El hecho de que Landa haya sido contratado para el otro año tiene que ver con que están buscando un líder ante la salida de Valverde. Landa ya lo dijo que no volvería a ser segundón de nadie. Está claro cual es el mensaje. Todo parece indicar que Nairo será el hombre de Astana o el reemplazo de Froome en el Sky en donde tendrá toda la ciencia y la voluntad de un cuerpo técnico que tendrá solo un objetivo: ganarlo todo con el gran Nairo Quintana
