Hago esta publicación con el fin de declararme en contra de la estigmatización de las enfermedades mentales.
Por muchos meses sufrí los síntomas de la depresión, los ignoré y no busqué ayuda, por pena, por miedo, porque hacía parte de esas personas que estigmatizan las enfermedades mentales y me negaba a sufrirlas…Porque en esta sociedad no se ve bien que alguien vaya al psicólogo ya que “no es capaz de lidiar con sus propios problemas” y aún peor el ir a un psiquiatra y estar medicado.
Tener una enfermedad mental es más común de lo que se cree y es tan normal como que te dé una gripa, puede que se empeore por tus descuidos pero el que te dé o no depende de la aleatoriedad de las situaciones. Sin embargo, esta “gripa” es tan grave como un cáncer que te va matando en silencio y no te das cuenta sino hasta que la situación es crítica.
No se trata de qué tan fuerte eres mentalmente, se trata de que químicamente estás alterado y tu cuerpo no funciona como debe ser, y aunque todo en tu entorno marche bien no seas capaz de sentir nada, o estés sumergido en una tristeza profunda. Bajo esta situación no se es capaz de coordinar conscientemente los pensamientos y uno se empieza a ahogar en un charco de un centímetro de profundidad.
Me encantaría que esta publicación ayude a aquellas personas que están pasando por algo similar en silencio, esto no es algo que se tenga que lidiar solo y ruego que el momento de buscar ayuda no sea cuando estés en un límite donde el camino para devolverse sea demasiado largo. Ante las enfermedades mentales se debe buscar ayuda, puedo ser yo (aunque muy poco te conozca), puede ser un psicólogo, tu familia, un amigo…o cualquiera de los más de 7 mil millones de personas que hay en la tierra. Lo importante es que busques una red de apoyo que esté dispuesta y atenta.
Para mí, esta foto es el ejemplo de que todo puede mejorar y que la felicidad se esconde en detalles simples, en personas y en sueños. Sin duda alguna, hay problemas y situaciones que se salen de nuestras manos, pero hay amor y metas que te impulsan a seguir luchando y no rendirte.