"Mucho gusto don Santiago. Mi nombre es Romaña y vengo con 300 hombres de la cordillera. Quiero trabajar". Ese fue el comienzo del experimento en cien hectáreas de las 7.000 que posee este tumaqueño, cuyo apellido prefieren no dar, que estaban abandonadas y que comenzó en enero de 2017. Se trataba de un gana-gana como dice Henry Castellanos, a quien dificilmente le quitarán su alias de guerra en la región. Don Santiago alquiló la tierra y comenzó el trabajo: recuperación del carreteable que conduce de La Variante a La Playa, demontada a machete, adecuación de la tierra y la siembra.
La sanción en la zona veredal de Tumaco hoy es muy distinto: seis horas de fumigación de cultivos. Tiene nueve productos distintos. Esta semana deben recoger la cosecha de 30 hectáreas de maiz, lo que producirá más o menos 15 toneladas de comida. Así es como el comandante de las FARC quiere materializar su visión del campo colombiano. Conservan, sin fusiles la disciplina aprendida. A las 5 de la mañana, se le distribuye el trabajo a los 300 exguerrilleros y a familiares que han ido llegando a la zona y que alcanzan ya los 200. Es un trabajo colectivo, un experimento que resume la propuesta campesina de las Farc y quieren multiplicar en todas las zonas veredales.
@jjjaramillo2
En este artículo puede ver cómo se siente Romaña en su nueva vida en Tumaco