Después de que Urán le contestó a un periodista de Caracol "Yo qué voy a saber guevón", en medio de la escasez de noticias y de la poca imaginación de la que ha hecho gala el reportero de medios colombiano, agarraron la costumbre de preguntarle por cualquier cosa y, lo peor, hacerle noticia. Rigo siempre ha sido desparpajado y si a él le ponen un micrófono al frente dice cosas como “Yo no me había enterado que me había ganado esa guevonada”, después de ganar la etapa nueve de este tour que le fue entregada después de ver el photofinish.
La joya del día fue lo que dijo Urán después de enterarse de que James había sido transferido al Bayern: "¡qué belleza papá!" Lo acotó con su clásica humildad de campesino paisa. Caracol de una vez aprovechó y tituló: “Rigo la volvió a sacar del estadio con su respuesta”. ¡Qué pereza! Pensar que desde el 2014 no le daban despliegue porque había dejado de ganar y los que se veían era el Chavito y Nairo. Ahora, Dios no lo quiera, si le llega a pasar un accidente, después de esos descensos endiablados que la organización del Tour programó en sus etapas o le llega a dar la pálida, lo volverán a borrar.
Que manoseadera tan verraca. Rigo porque es un querido, pero yo de él no le respondería nada al periodista y lo dejaría con los crespos hechos. Eso en el fondo es maltrato. Caracol por qué no aprovecha que está en Francia y nos enseña a los colombianos cómo es el ciclismo. No, Caracol en su mediocridad lo único hace es repetir una y otra vez el mismo chiste. Caracol, ya deje de agarrar de parche a Rigoberto Urán
