Construir un país pacífico, democrático e incluyente es un desafío de largo aliento que requiere cambios sistémicos que aborden las raíces de nuestros problemas. Estos cambios implican transformaciones políticas, de poder, de relaciones, actitudes y valores. Para lograr esto, se necesitan alianzas entre el sector público, privado y sector social, líderes con visiones diversas capaces de impulsar alianzas para adoptar nuevas formas de hacer las cosas.
Esto puede sonar obvio, sin embargo, trabajar con actores diferentes trae grandes dificultades. Por ejemplo, la construcción de confianza es un reto inmenso, y como lo expresan a Katherine Milligan and Nicole Schwab en su artículo “El camino interior para convertirse en emprendedor sistémico”, la competencia por recursos financieros para la inversión social desincentiva la colaboración y en una coalición para un tema específico puede haber rivalidad sobre quién se lleva el crédito. Cómo cultivar un contexto en el que los egos se dejan de lado y el interés común precede el interés individual es una pregunta que debemos resolver para alcanzar cambios estructurales.
Cada vez hay más evidencia de que la condición interior de un líder es fundamental para alcanzar cambios significativos y que esta puede ser cultivada a través de un camino que conlleve a mayor conciencia de uno mismo y bienestar interior. En esta línea, los grandes del mundo del emprendimiento social como Skoll, Synergos, Ashoka y Schwab Foundation, están promoviendo a través del “Wellbeing Project” un movimiento global para fomentar crecimiento interior como un aspecto esencial para el cambio social.
Son muchas las opciones para avanzar en un camino interior. Entre otras, este incluye un proceso profundo de auto conocimiento. Conocernos bien en todas las dimensiones nos permite proyectar nuestras más grandes fortalezas y trabajar en nuestras debilidades. El solo hecho de tomar conciencia de estas nos puede dar un mayor control sobre nuestras emociones, como el miedo o la rabia, las cuales pueden destruir confianza e impedir la creación de puentes entre diversos sectores. A través del trabajo interior se puede desarrollar confianza en uno mismo, capacidad de escucha, empatía, intuición, entre otras habilidades clave para la construcción de proyectos comunes desde la diferencia.
Invertir en el bienestar interior de los líderes es apostarle a la sostenibilidad de sus iniciativas o ¿acaso es posible que un líder llegue a su máximo potencial cuando su salud emocional está en riesgo o sus relaciones humanas son débiles? ¿Será posible mantener así su impacto y liderazgo en el tiempo? No creo. Cuando un ser humano invierte en su bienestar personal, cuando tiene claro su propósito más profundo, cuando alcanza mayor conexión interior, se acerca a su Yo extendido o su Yo más grande que, usando las palabras de Peggy Dulany, Fundadora de Synergos, es alguien que tiene el corazón abierto, que puede sentir gratitud y acceder a más creatividad; alguien conectado con un todo más grande, que conoce muy bien la persona que es y le gusta la persona que es.
Acercándonos a nuestro yo extendido podemos sentirnos más seguros y conectados en un sentido más amplio y así explorar nuestro máximo potencial como seres humanos. Esto es fundamental para construir equipos, redes y movimientos de alto potencial, superar egos e intereses personales y entender la complejidad de nuestra realidad desde todas las perspectivas. Solo al avanzar en este camino individual podremos avanzar en los cambios políticos, económicos, sociales y culturales que necesita Colombia para construir una sociedad más justa, pacífica e incluyente.
