Voy a hacer una carta no para Dina Luz, sino para los Ministerios del Interior y de Defensa, organismos que deberían estar encargados de demarcar en las fronteras los hitos o mojones fronterizos que delimitan el territorio nacional. Para sorpresa mía y de mi esposo, que por primera vez hemos venido a conocer Leticia, después de tanto tiempo de tenerlo planeado, allende la Costa Atlántica de donde partimos, nos llevamos un gran decepción.
En el paso fronterizo del sur entre Leticia (Colombia) y Tabatinga (Brasil) brilla por su ausencia un aviso que diga “Leticia, Colombia" y demás datos, como los tiene un grande y colorido aviso que se encuentra del lado brasilero en el cual saliendo de Colombia se lee. Lo más curioso es que viniendo de Tabatinga hacia Leticia el aviso tiene la misma leyenda,o sea viniendo de Leticia nos recibe Brasil y saliendo de Tabatinga nos dan la bienvenida en portugués los brasileros.
Pero la curiosidad es más grande si tenemos en cuenta, según puede verse en la fotografía, que las dos banderas se encuentran al lado y lado en el lado colombiano.
Por cosas como estas entran militares venezolanos a la frontera. Hubo una guerra con el Perú en 1932, el mismo Brasil se sabe que fue tomando posesión de terrenos colombianos y lo que era una frontera uniforme quedó convertida en una colita de pescado como las de los más pequeños que habitan las aguas del gran río Amazonas. No hace poco, militares venezolanos duraron quince días en unos predios colombianos con sembradíos, y las fotos y vídeos del momento no mostraban por ningún lado los avisos fronterizos que precisaran el límite entre los dos países.
Peores cosas suceden en las limitaciones indefensas de nuestras inmensas fronteras marítimas, que poseemos por ser el único país de Suramérica y uno de los pocos del mundo que posee costas en dos grandes océanos. Parece que a los gobiernos colombianos poco les importa la soberanía territorial. Carecemos de una política de estado que reivindique los conceptos universales de la posesión histórica, los límites geográficos y la posesión de hecho de los connacionales, y por supuesto los tratados internacionales que nos favorecen, para hacerlos valer ante reclamos ilegítimos de países como Nicaragua, Venezuela y Estados Unidos. Este tema debe ser estudiado a profundidad y me propongo hacerlo para una columna en profundidad que surta este debate tan importante para los sagrados derechos de la nación.
Entre tanto estaré enviando la siguiente carta a los ministerios aludidos como parodia a la carta a Dina Luz del maestro Vallenato Rafael Escalona:
Hice una carta al Ministerio,
en la frontera del sur,
en Leticia,
pa´que no siga la ingratitud
de haber cambiado bandera distinta.
Quise leer aviso glorioso en Tabatinga,
que dé a Colombia la “Bienvenida”.
Y fui a buscarlo desde Leticia,
aviso encantado que diga
"Feliz viaje, vuelve a Colombia".
En la frontera que divide al Brasil,
en los mojones que tienen allí,
una cosa me pareció fea
que Colombia no tiene aviso aquí
Coro
¿Con cuál moneda lo puedo comprar
si nunca lo han hecho, si nunca lo harán?
Lo puedo comprar con rojos reales,
amarillos soles y pesos azules.
Como las pirañas de muchos colores
que en el Amazonas los avisos se comen,
se comen los colores de mi bandera
con los colores de bandera de al lado.
verde azul y amarillo.
Yo que la quiero sin darme brebaje,
¿cómo será si me dan brujería?
Allá en Leticia, allá en la frontera
todos admiraban mi triste actitud,
que brasilera, ni qué brasilera,
a mí me enloquece no más mi bandera.
Me iré buscando por el Amazonas,
pa' hacerte un aviso pá ti, mi Colombia.
Yo iré a buscar por el Orinoco,
el caimán encantado que lo coloque,
y que se coma a los policías.
Si no me ponen bandera y aviso,
les llevo pirañas de muchos colores
para que las manos les queden muñones.
Yo vi a los indios del Putumayo
que me ofrecieron una brujería,
iba comprarla, lo estuve pensando,
ay para ver si así lo pondrían.
Yo que la quiero sin darme brebaje,
¿cómo será si me dan brujería?
Por cosas como esas estamos perdiendo
porciones de patria en todas las fronteras.
Que brasilera, ni qué brasilera,
a mí me enloquece no más mi bandera.
Coro
¿Con cuál moneda los puedo comprar,
si nunca lo han hecho, si nunca lo harán?
Lo puedo comprar con rojos reales,
amarillos soles y pesos azules.
Como las pirañas de muchos colores,
que en el Amazonas los avisos se comen.
Yo iba buscando por to'a la frontera
avisos muy lindos de ti, mi Colombia.
Yo iba buscando por el Amazonas,
cosas bonitas pá ti mi bandera.
Yo iré buscando por el Orinoco,
el caimán encantado que los puso loco.
¿Con cuál moneda los puedo comprar,
si nunca lo han hecho, si nunca lo harán?
Los puedo comprar con rojos reales,
amarillos soles y pesos azules.
Como las pirañas de muchos colores
que en el Amazonas los avisos se comen.
