Es un abandono total, la fachada de los salones dan la sensación de estar en un lugar olvidado. Y qué decir de los baños, cuentan las estudiantes que les toca poner pliegos de cartulinas para tapar y evitar ser observadas.
El sábado 24 de junio estuve en este lugar, me acerqué a una estructura que está en la parte de atrás del campus, parece ser un edificación republicana, su estado es lamentable. Iba a tomar una foto, cuando de pronto salió un guarda diciendo que no se podía tomar foto de la edificación. Yo le pregunté por qué, él me respondió: “El edificio no es de la universidad".
Cuando nos damos cuenta de este tipo de situaciones nos cuestionamos aún más lo incongruentes que somos como sociedad, también lo contradictorios. Si estamos en un estado social de derecho, lo correcto sería pedir que se garantice impartir las clases en un lugar óptimo, en condiciones diferentes en las que se hace.
Quisiera pedir que la sociedad estudiantil que se apropie de este lugar que es nuestro patrimonio y aplique la frase de una imagen que está en un de los pasillos de la universidad y dice: “no habrá desarrollo sin educación, ni progreso sin cultura".
¿Por qué no tememos la cultura de pedir mejores condiciones?