Keith Richards estaba cansado de toda esa mierda que pretendía Jagger de ir con la moda y copiarle a los Beatles las fórmulas que ellos implantaban. Para él Their Santanic Majestic era una vulgar copia del Sgt Pepper’s Lonely Hearts Club Band. Necesitaban volver al blues, ellos no eran estrellitas pop, ellos eran músicos del delta del Mississipi, de ahí aprendieron todo, por eso estaban tocando juntos desde hacía un lustro.
Esa motivación la encontrarían en sus parejas. Y es que la influencia de Anita Pallenberg y Marianne Fatihfull fue tan fuerte que en su momento fueron consideradas parte del grupo. Unos años atrás Marianne había catapultado la carrera de compositor del tándem Jagger-Richards con su interpretación de la entrañable As Tears Goes By. A partir de allí sus majestades satánicas se tomarían confianza y desplegarían su avasallante talento creador. Pero en 1967 estaban estancados y decidieron escuchar un poco más a sus mujeres. Anita acababa de mandar a la mierda a Brian Jones porque este se estaba convirtiendo en un espectro lloriqueante y nauseabundo que de cuando en cuando osaba pegarle a esta aristócrata alemana. Cansada del mal trato encontraría refugio en los brazos de Keiith Richards.
La más fuerte de las dos musas era Anita Pallenberg, Marianne era más insegura, su ciega idolatría a Jagger no la dejaba crecer. Pero Anita no, si tenía que decirles lo jodidamente malo que podía sonar una canción ella se lo decía y ellos asentían y volvían a grabar ¡Y sonaba mejor!, alguna vez ella le dijo a Tony Sanchez, el dealer oficial del grupo y guardaespaldas de Richards: “Me siento un poco como el sexto Rolling Stone. Mick, Keith y Brian me necesitan para que los guíe, los critique y les de ideas. Estoy convencida de que cualquiera de ellos dejaría la banda por mi”. Muchos afirmaban (Entre ellos su mentor espiritual, el satanista Kenneth Anger) que la Pallenberg era una hechicera muy poderosa y que bajo su tutela los Stones consiguieron llegar a cotas insospechadas, cotas de talento, fama y fortuna que tenían que pagarse con sangre, en 1969 Brian Jones es encontrado muerto en el fondo de su piscina y unos meses mas tarde ocurriría el desastre de Altamont. Además la casa que compartía con Keith en Redlands a orillas del Támesis quedaría para siempre maldita, inhabitable ya que decían que allí se ejecutaban los aquelarres de la hermosa bruja. Todo esto son especulaciones, lo único cierto es que Beggars Banquet sería el primero de cinco discos maravillosos, tal vez los discos mas importantes del siglo XX.
Si Jagger actúa es gracias a Marianne. Cuando en 1968 Nicholas Roeg lo llama junto a ella para hacer Perfomance, él se llenó de miedo y de inseguridades. Fue Marianne la que lo aconsejó, lo llenó de confianza “hagas lo que hagas no trates de interpretarte a ti mismo – le aconsejaba a Mick- Eres demasiado equilibrado, demasiado recto, demasiado fuerte. Simplemente, no puedes interpretarte a ti mismo. El personaje tiene que ser una combinación de Brian y Keith. Mezcla y combina a Brian, con su aspecto torturado, sus paranoias y sus movimientos espasmódicos, con el aspecto torturado pero elegante de Keith, y juútalos para crear el personaje. Tienes que creer que eres el pobre colgado, iluso, andrógino y drogata Brian, pero también necesitas un poco de la anarquía dura, hermosa y autodestructiva de Keith”. En cierto modo la Faithfull da consejos de hechicera como si le ordenara quedarse con las dos almas de sus amigos, las volviera una y se las tragara. Eso fue lo que siempre quiso hacer Mick, lo lograría con Jones pero con Keith nunca podría.
Un inesperado embarazo hizo renunciar a Marianne Faithfull de participar de la película de Nicholas Roeg, en reemplazo entraría nada más y nada menos que Anita Pallenberg lo que desatarían los celos de Keith. En el filme hay algunas escenas de sexo explícito, escenas que serían descartadas del montaje final y convertidas en un corto experimental. Los rumores del romance entre Jagger y Pallenberg salieron del plató y llegaron a oídos del guitarrista. Sin embargo Keith optó por hacerse el desentendido, Anita dijo que lo de Jagger no había pasado de ser un revolcón.
La bruja tuvo entre sus brazos a los tres líderes de la banda de rock más grande de todos los tiempos.
Con el paso de los años la heroína iría minando el talento y la influencia de estas dos mujeres convirtiéndolas en espectros difusos. Jagger conocería a Bianca y Keith Richards comenzaría su solitario descenso al infierno de la droga durante los setenta para después salir como Dante a las mieles del paraíso. Hoy goza de buena salud y nadie podrá borrar su sonrisa de pirata.