Jaime* es un colombiano que a los 18 años cometió el peor error que se le puede ocurrir a un joven para obtener su libreta militar: pagar a un tramitador para obtenerla.
A él le fue tan mal que estuvo a punto de pagar 3 años de cárcel por falsedad en documento público y no duda en recomendarle a los otros muchachos que este camino es el peor que pueden elegir y que siempre es mejor hacer el trámite legalmente bajo los parámetros del Comando de Reclutamiento y Control de Reservas del Ejército Nacional.
La odisea de Jaime comenzó cuando decidió pagar el millón 200 mil pesos que le pidió un recomendado para tramitarle la libreta militar de segundo grado. “Dijo que trabajaba en un batallón y por eso un compañero y yo confiamos en él”, afirma el arrepentido muchacho que tiene hoy 20 años y que para la época de los sucesos vendía flores en la Plaza de Mercado de Paloquemao, del centro de Bogotá.
La oferta del tramitador parecía tentadora: le anticipaban 600 mil pesos y contraentrega le daban otros 600 mil y negocio hecho y libreta militar en mano.
Como pudo, Jaime pidió 400 mil pesos prestados a un cuentagota y sacó de debajo del colchón los 200 mil pesos para completar la primera cuota del tramitador. Acto seguido la pagó quedando solo a la espera de que le entregaran el documento.
A las dos semanas le dieron la libreta militar fraudulenta. O lo que es más preciso, el cuerpo del delito. Algo que solo supo hasta que unidades del ejército llegaron de improviso a esa plaza para requisar a los jóvenes y confirmar que tuvieran definida su situación militar.
-“¿Su libreta?”, le dijo un soldado.
-“…Aquí está…”, le respondió Jaime extendiéndole el documento el que, suponía, era legal.
A los pocos minutos, un oficial llegó y le afirmó que el documento era falso y que por tal motivo lo conduciría a la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de la Fiscalía General de la Nación más próxima. Fue a parar a la de la calle 13 con Avenida 38.
Los cuatro largos días se le hicieron eternos hasta que le reiteraron de que estaba en un problema tremendo por cuenta del documento falso. Aunque lo liberaron siguió vinculado al proceso en calidad de imputado.
El batallón donde supuestamente le habían dado su libreta le confirmó a la Fiscalía de que no aparecía en el sistema que maneja ese organismo militar y, por lo tanto, debía ser procesado por el delito antes mencionado.
En 2016, informan las autoridades, 41 personas fueron imputadas por los delitos relacionados con redes similares a falsos tramitadores de libretas militares, 29 por estafa y 6 por falsedad en documento.
Audiencias, pago de abogados y una serie de asuntos por resolver en los estrados le fueron demostrando que cogió el camino equivocado al decidir comprar la libreta. Con un dato adicional: a la fecha se ha gastado más de tres millones de pesos como consecuencia del proceso.
La justicia determinó que por no tener antecedentes aplicaba para un principio de oportunidad. Eso sí, con la obligación de dar dos charlas a los jóvenes en las que cuente su caso y haga público su arrepentimiento.
Ahora, Jaime tiene solo un consejo para los jóvenes: “Es hacer los papeles donde se tienen que hacer; yo por hacer como lo más fácil me metí en problemas, perdí plata y tiempo…”
Y es que precisamente el proyecto Ley 189 de 2016 le dará un golpe a los tramitadores bajando el costo de la libreta militar y creando una fórmula de liquidación de la Cuota de Compensación Militar y estableciendo un costo mínimo y uno máximo.
Se cierran los espacios para que las personas inescrupulosas vulneren y engañen a la población civil y manchen en el buen nombre de la institución y de sus funcionarios.
Dicho pago calculará de acuerdo a salarios mínimos. Los estratos más bajos pagarán cero y los estratos 4, 5, 6 pagarán como máximo 14 millones de pesos.
“Para esos tramitadores se les acabó su Navidad porque vamos a bajar tanto los costos de la libreta militar que no hay necesidad de tener un tramitador”, enfatizó el Comandante del Ejército Nacional, Alberto José Mejía Ferrero.
Una razón más que demuestra el trabajo de la Oficina de Reclutamiento y Reservas del Ejército Nacional.
* Nombre cambiado para proteger la identidad