Alejandro Gaviria, es en mi opinión, uno de los pensadores liberales más importantes en la actualidad. Recomiendo leer “Alguien tiene que llevar la contraria”, que ya va en su sexta edición. Sea cual sea su pensamiento, tendencia o doctrina, les recomiendo leerlo, porque les puede pasar lo mismo que a mí: encontré lo que no andaba buscando. De manera arbitraria, me tomé el atrevimiento de hacer un listado con las oraciones que fueron más relevantes en mi opinión, muy seguramente me salté muchas que inclusive merecían una mención más especial. En resumen, la mayoría son de él, las otras son algunas que el mismo trajo a colación en su libro.
- Creo en el mundo de las ideas. Con el tiempo, las ideas determinan el rumbo del cambio social, pero también inciden, directa o indirectamente, sobre las decisiones de la coyuntura. Creo, en particular, que los funcionarios con una visión bien formada y más o menos definida del cambio social pueden tomar mejores decisiones (Alejandro Gaviria).
- La democracia implica modestia de reconocer que la pluralidad de pensamientos, opiniones, convicciones y visiones del mundo es enriquecedora, que la propia visión del mundo no es definitiva ni segura porque la confrontación con otras visiones podría obligarme a cambiarla o enriquecerla, que la verdad no es la que yo propongo, sino la que resulte del debate, el conflicto (Estanislao Zuleta).
- Para Zuleta, la democracia es una forma de vida civilizada, de apertura intelectual, de dialogo permanente, de preguntas sin respuestas, de rechazo a las ilusiones, de “dudas y buen gusto”, como decía el mismo Joseph Brodsky.
- La voz de la razón, leí alguna vez, es suave pero persistente. (Alejandro Gaviria).
- Tal vez hay cierta frivolidad del mundo contra la que no se puede luchar. Tal vez las prioridades coyunturales de los medios masivos de comunicación siempre van a llevar a lo mismo, a privilegiar el escándalo y a menospreciar las explicaciones más sosegadas. Tal vez el oportunismo político es inherente a nuestras libertades democráticas. (Alejandro Gaviria).
- Con el tiempo, los éxitos y los fracasos se relativizan. En cincuenta años, los más felices serán los más amados y los más amables; literalmente los más dignos de amor. La fama y la fortuna cuentan por un rato, pero al final importan menos, mucho menos. Sin amor, sin amar, sin ser amado, tal vez no valga la pena nuestro tránsito efímero por este planetica. (Alejandro Gaviria).
- Para Joseph A. Schumpeter: “Ansiosamente impacientes por tomar partido, deseosos de salvar el mundo, contrariados por el tedio de los tratados usuales, insatisfechos emocionalmente e intelectualmente, incapaces de realizar una síntesis por sí mismos, [los jóvenes] han encontrado en la obra de Marx todo lo cuanto anhelaban, la varita mágica que permite explicar todos los acontecimientos, los grandes y los pequeños”.
- Las palabras tienen vida propia, cambian de significado caprichosamente, pueden incluso contrariar los deseos de quienes las acuñan. (Alejandro Gaviria).
- En términos absolutos, entre los años 2002 y 2015 más de 15 millones de personas salieron de la pobreza y más de siete millones ingresaron a la clase media. (Alejandro Gaviria).
- En el presente, Colombia es un país cuya estabilidad política y social descansa sobre una firme fundación de miembros de la clase media que tienen sus raíces principalmente en la población rural, y que constituyen la principal fuerza de la Nación en el mantenimiento de sus ideales democráticos. (Alejandro Gaviria).
- Alexis de Tocqueville señaló la correlación diabólica entre felicidad y falta de movilidad social. O mejor, entre infelicidad y movilidad social. “Cuando… todos los ciudadanos pueden aspirar a cualquier profesión e incluso llegar a la cima de cada una de ellas por su propio esfuerzo, parece abrirse un porvenir realizable a la ambición de los hombres. Pero esta es una impresión errónea que la experiencia viene a disipar día tras día… a la cual habría que atribuir la singular melancolía que demuestran los habitantes de los países ricos en medio de su abundancia, y ese desgano de vivir que a veces invade su existencia cómoda y tranquilar”. En suma, si esperamos ser mucho más que las generaciones pasadas corremos el riesgo de ser mucho menos que nuestros sueños.
- La salud no es un entregable, algo que la población recibe pasivamente, sino una construcción colectiva que tiene que ver, en últimas, con la capacidad de las comunidades para adaptarse y autogestionar sus problemas.
- El gobernante debe enfrentarse siempre a una pregunta acuciante, ¿qué hacer en esta o aquella circunstancia? La oposición, por el contrario, no tiene la obligación de asumir ninguna responsabilidad ni tampoco tiene que tomar decisiones. Cuando existe una oposición permanente y acomodada, la calidad de su pensamiento se deteriora en consonancia. Además, quien comienza con una visión pesimista y reaccionaria de la vida termina siempre encontrando plena justificación en los hechos del mundo, pues la Utopía nunca se hace realidad (Orwell).