Primero que todo, este artículo no es un ataque como la mayoría va a pensar, ya que precisamente este es uno de los grandes errores de los artistas en Colombia. Cuando uno ingresa a la esfera pública debe estar preparado no solo para el elogio, que es lo que gusta, también debe estar preparado y aprender a lidiar con la crítica, los músicos nacionales solo aceptan comentarios de amor y de admiración, cualquier otro descalifica como persona al crítico.
Cada vez son más y más las personas que en Colombia se cansan del rock, desde músicos que se frustran porque “no pasa nada” hasta promotores y organizaciones que cansados de perder dinero y de pelear con la escena deciden abandonar el género e irse a trabajar por el vallenato o el reguetón en donde al parecer la escasez no es tanta y, aunque sigue siendo terreno escabroso, al menos el sacrificio tiene un beneficio económico.
¿Qué sucede? ¿Falta de talento? Para nada, se ha demostrado que Colombia puede producir bandas de talla mundial que gustan no solo acá sino en cualquier parte del mundo, el problema reside casi todo en las mismas bandas y por supuesto en los medios de comunicación que hace años dejaron de ser amigos de los sonidos más fuertes. Estos factores sumados a los otros muchos que vamos a colocar a continuación, convierten la escena de rock colombiana en algo arcaico, falto de novedad y con mucha necesidad.
Si usted es músico, promotor, organizador de conciertos, dueño de bar, lea este artículo, que, aunque es largo, contiene algunos de los errores que estamos cometiendo y que han frenado el desarrollo del rock colombiano como industria. Cabe resaltar que este artículo no habla de la producción artística, no habla de las canciones, no habla de la poética y la estética del rock sino de su parte netamente comercial, la cual, así lo nieguen es la que en su mayoría persiguen los músicos en esta patria.
Falta estilo propio y puesta en escena
Lo que distingue a las más grandes bandas de rock de la historia es que inmediatamente comienzan a sonar usted sabe quiénes son, sus estilos son tan únicos y propios que son inconfundibles, incluso en las bandas colombianas como Aterciopelados, La Derecha, 1280 almas, Ultrágeno, tienen en común que nadie los confunde. Las bandas de hoy, aunque han desarrollado técnicas de interpretación avanzadas (Que es lo que se espera para el estándar de hoy en día) no tienen un sonido propio, la mayoría son copias absolutas de otras bandas y se han olvidado de la voz, de las letras, las voces en Colombia están muy mal. A eso, hay que sumarle que no se preocupan por la imagen que proyectan y se suben a tocar con Jean y camiseta de la misma forma en que van a trabajar las ocho horas en el día. Los artistas crean estilos, tendencias y son líderes de opinión, eso no sucede en el rock nacional.
Algunas bandas son idealizadas por medios y por el estado de manera irresponsable
A pesar de que existen cientos de bandas en el país, los medios y las entidades distritales como Idartes no se cansan de tomar a sus “amigos” hasta cansar al público de lo mismo, esto hace que la gente se retire del dial y de los festivales en donde podemos ver las mismas cinco bandas tocando sus mismas cinco canciones y el mismo disc jockey o el mismo gestor cultural del estado diciendo que son lo máximo. Eso no solo desanima a otros músicos, sino que convierte una escena llena de talento en una de las más aburridoras de la humanidad.
Los medios no saben de rock y no apoyan la escena
Las personas que trabajan en el área de cultura y espectáculos no conocen la escena del rock nacional, ninguno, es una mentira el que diga que lo hace. Conocen a Kraken y a Aterciopelados y nada más, las bandas underground que promocionan es porque son de las novias o recomendadas por alguien que conocen. Los medios en Colombia lamentablemente no contratan personas que han sido educadas en universidades, no contratan periodistas o especialistas en rock, contratan personalidades jocosas, morbosas que les garanticen una audiencia y como este país se divierte de maneras tan baratas entonces no deben esforzarse demasiado. No existen programas de rock en las grandes cadenas de radio o de televisión del país y seamos sinceros ¿Quién ve los canales locales y regionales? Muy poca gente.
Un ensayo a la semana no es suficiente
Ser músico de rock es un trabajo de tiempo completo, las bandas no ensayan, sus trabajos normales no les permite más que un ensayo semana y ¿Quién puede con eso? Una banda debería ensayar seis horas diarias para poder crear música de clase mundial, para crear un estilo, para crear piezas de arte que trasciendan, pero esto es entendible, en un país donde no se puede vivir de la medicina o la ciencia, menos se puede vivir del rock y las bandas tienen que hacer maromas para poder reunirse una vez a la semana a hacer lo que les gusta. Sin embargo, eso no quita que la falta de ensayo conduce a la mediocridad en el escenario.
Los conciertos son aburridos
Los conciertos de rock son aburridísimos, no hay conexión con el público, casi ningún frontman se conecta para brindar un espectáculo, se dedican a cantar mal sus propias canciones, las personas no sienten el feeling, no sienten que se están divirtiendo y ahí es donde perdemos la batalla contra los demás géneros. Cualquier concierto es una fiesta, uno no paga por aburrirse, por pelear, porque lo insulten, uno paga por una noche inolvidable, por un espectáculo único, porque la pareja pase contenta y la verdad, los conciertos de rock colombiano son aburridísimos.
Las bandas son muy pobres
El sueldo mínimo de esta patria es de doscientos dólares, el equipo de un músico vale miles de dólares, acá muchos tocan con guitarras chinas y amplificadores de 10 watts. Un músico se muele el lomo por una buena guitarra y sin embargo muchos tienen instrumentos de calidad. Pero los músicos acá son pobres, tomar un taxi es un problema, comprar una cerveza en un bar es un problema, invitar a salir a alguien es un problema, pagar una inscripción es un problema, pensar en un problema, a nadie le alcanza. Y es entonces que llegan esos músicos que trabajan ocho horas en un banco o en una miscelánea y ven de menos a los que dedican su vida entera a tocar por “no tener dinero”. Se aprovechan de sus compañeros, hablan de manera despectiva. Los músicos de rock en Colombia son demasiado pobres.
No hay ambiente para el rock en el país
Si nadie nos suena ¿Quién nos escucha? Elkin Ramírez nuestra gran estrella del rock nacional desafortunadamente perdió su batalla contra la enfermedad, es la perdida más triste y grande que ha tenido el género en el país, Elkin fue un hombre enorme, como músico y como persona. Esperábamos los homenajes en los noticieros y los especiales, pero no se dieron, los mismos músicos y fans de Kraken se encargaron de hacerlos en las plazas de Bogotá y Medellín. Este país no reconoce al rock como parte de su cultura, no reconoce esos sonidos como parte de una “colombianidad”, el rock es ajeno para el común de las personas, acá promocionan el reguetón, el vallenato, la cumbia y nada más el rockero para los medios sencillamente no existe
Las bandas quieren todo regalado, cuando les regalan no asisten y cuando les cobran les parece caro, quieren dinero solo por existir
Las bandas están viviendo en una burbuja imaginaria creada por las películas de Hollywood en donde erróneamente les enseñaron que algún día serán descubiertos, se acercarán a ellos y les brindarán un contrato millonario. Eso no sucede y menos en estos tiempos. Las bandas no invierten en nada, no quieren pagar inscripciones, no quieren ayudar a vender boletos, lo ven como una ofensa, no quieren pagar por los tragos, no quieren pagar por el sonido, no quieren pagar por el transporte, pero la verdad presentar una banda nacional en un bar es una quiebra. Las bandas no logran convocar ni a 10 personas, hay bandas que no llevan a nadie a un concierto, nadie, cero. Las bandas no son conscientes de que todo cuesta y que colocarlas a tocar en un escenario por pequeño que este sea implica gastos. Y cuando se hacen eventos gratuitos en donde las bandas no tiene que pagar nada, no llegan, no avisan y lo toman como “un favor que están haciendo”
Algunas bandas no hacen música sino negocios
Otras bandas se han dedicado a creerse empresas y viven echando calculadora y números a ver como hacen para ganar un sustento, cuando estas bandas se dan cuenta que no pueden ser rentables produciendo ellos mismos sus eventos se dedican a insultar a todo mundo, a buscar culpables para su desgracia. Cuando tocan lo hacen por dinero únicamente y generalmente en chizgas (conciertos donde se tocan covers únicamente) para poder dividir el poco dinero que les dan entre el taxi de vuelta a casa y el almuerzo del día siguiente.
El rock en Colombia ya no es rock
El estado ha decretado casi como una dictadura lo que es el rock colombiano y es de todo menos rock. Acá no reconocen el pop, lo popular ni mucho menos el rock, entonces han convertido la escena en un salpicón de sonidos irreconocibles en donde todo tiene cabida y las personas creen que cualquier cosa es rock. Entonces las bandas también se dan cuenta que tocando rock no hay oportunidad y terminan convertidas en experimentos pseudo-tropicales que buscan a cualquier precio un reconocimiento y una forma de vida.
Las bandas no valoran nada y la gente se cansó de ellas
La gente se cansó de la actitud arrogante de las bandas de rock colombianas, muchas llegan exigiendo como si fueran estrellas mundiales, pero repetimos: no llenan ningún escenario, las bandas de rock en Colombia sencillamente no viven en la realidad, no tienen sentido de trabajo en equipo, son envidiosas, hablan mal de las demás bandas, no ven las presentaciones de las otras, se retiran de los eventos una vez tocan, las bandas deberían transmitir alegrías y no esa sensación de desprecio. Los promotores y organizadores de conciertos se han cansado de todo esto y varios se retiraron de los eventos de rock y se dedicaron a otra cosa, sencillamente no es rentable y lo único que ganaron muchos fue: enemigos.
Las bandas no han entendido que a los demás no les interesa la banda y que esto es un negocio
El bar quiere es vender tragos, el de las camisetas quiere vender camisetas, el del estudio quiere vender horas de grabación, el de la sala de ensayos quiere vender horas de ensayos. A ellos no les interesa que usted sea un Rolling Stone y de hecho si usted fuera un Rolling Stone tendría todo esto y como pagarlo, cuando usted va a ofrecer su banda recuerde que no le está haciendo un favor a nadie. Resumido de esta manera, a las bandas grandes que son rentables las buscan cada día para contratarlas a eventos, si a usted no lo buscan aun cada día para contratarlo a eventos quiere decir que aún no está en ese nivel. Caiga en la realidad y siga luchando, mientras lucha, entérese que debe invertir en su producto para que sea visible.
El público ya no ve el rock como opción de diversión a excepción que sea extranjero
Al común de la sociedad colombiana no le gusta ir a conciertos de rock porque los bares de rock no son como los bares de reguetón y vallenato, generalmente son lugares pequeños, oscuros (como han sido los bares de rock en toda la historia) y los que no son así son demasiado caros para el público, ya habíamos hablado de esto. Entonces si las personas van a gastar en una rumba, prefieren hacerlo en otro lugar. Lo interesante del caso es que a Rock al Parque si asisten a masa por ser gratuito y eso le enseñó al rockero que no debe pagar por ver rock local, en cambio las personas que quieren ir a un concierto internacional saben que deben pagar las absurdas sumas del país por asistir sin decir nada. El público del rock colombiano es de lo peorcito que tenemos.
La corrupción en el rock
Y para rematar, como no hay espacios ni dinero en el país para el rock, se ha formado un “cartel” del rock, conformado por “gestores”, “managers”, “gerentes de marca” “Directores de programación” y bandas para jugar a ser colombiano, es decir: CVY, a papaya puesta papaya partida, El vivo vive del bobo, Hecha la ley hecha la trampa y han acaparado de manera deshonesta las oportunidades para el rock en el país, las han manipulado hasta casi destruirlas y las han regalado a los mismos. Hay personas que se han lucrado tanto del estado que podrían ser juzgados por enriquecimiento ilícito.
Así que, aunque tengamos mucho talento y existan buenas bandas en Colombia, el ambiente no es adecuado, no hay caldo de cultivo para ese hongo llamado Rock. Hay que caer en la realidad y ser paciente, si usted no puede con esto, no luche más, retírese y respete el género y a los que sí están dispuestos a sacrificar todo. Pero si usted está consciente y quiere seguir luchando por el rock del país, hágalo con amor y por amor, recuerde que acá no se vive del rock sino para el rock. Piense en su banda como su hijo al que hay que alimentar, al que hay que bañar, al que hay que meter a la universidad, una vez su hijo esté grande, formado y educado él mismo llevará a su casa la recompensa, no sea ese papá colombiano y vago que espera que su hijo lo mantenga y lo coloca en la calle a pedir limosna a los tres años.
Larga vida al rock nacional.
* Tomado de Subterránica