Está claro que el fútbol no nos quiere. Por primera vez, estuvimos a la expectativa de qué tan alto quedaría el nombre de Colombia en el partido más importante del año a nivel de clubes y en el escalafón de banderas, al parecer, la tricolor se desapareció. Un grupo criminal la hizo perderse. Uno comandado por Zidane, alcahueteado por Allegri y protagonizado por Sergio Ramos, quien no tuvo misericordia para a través de engaños, hundir más la dignidad de nuestra amada tierra.
Espero que a partir de ahora, James tome la decisión irrevocable a cerca de su futuro, suponiendo que entiende la banda de sinvergüenzas para la que trabaja. Confío en que es totalmente consciente de que el banco y las gradas serán su lugar de trabajo si sigue estando en el Madrid, y junto con su representante ya lanzaron los dardos para escoger el club al que arribará la próxima temporada.
No obstante, antes de marcharse, además de cobrar completa su liquidación debe cuadrar otros preparativos para una despedida digna a la colombiana. El primero, decirle a su compañero Ramos que su actitud triple D (despectiva, deshonesta y de rabón) con Cuadrado solo lo dejó ver como la persona engreída y tramposa que es, más cuando el partido ya estaba liquidado.
Posteriormente, aunque uno desee que le diga a Zidane: “gracias por nada calvo hp”, lo correcto moralmente es despedirse como si nada, agradecer hipócritamente, y esperar a que la montaña rusa vuelva a coger el ascenso. Para ese entonces si Zizou sigue siendo el DT de la casa blanca y lo quiere de vuelta, ojala haya un dedo estirado como el de la popular foto del cucuteño en la sede de la federación.
Lo que sí es un deber tanto para él como para Cuadrado es hacer un gran partido con la Selección esta semana. De nada sirven las críticas si frente a los españoles ellos demuestran que no están a su nivel. Es claro que la victoria es un coco de una palmera bastante alta, más cuando van a haber duelos como Jordi Alba vs Stefan Medina. Pero está en nuestro 10, nuestro 11 y nuestro 9 dejar una destacada imagen en medio de la euforia que estarán haciendo los madridistas de Murcia todavía por ese tiempo.
Qué fastidio que los europeos no hayan querido un protagonismo compartido y nos pusieran una cabeza pelada y una tarjeta roja de por medio. ¡Maldito arbitro! Y tras de todo nos toca viajar al continente de ellos porque son demasiado orgullosos para venir aquí. Ojalá ganemos, nada más humillante que una paliza a domicilio. Qué mal que Zidane no sea español, aunque Isco y Ascencio dirían que se siente como tal. Sergio Ramos sí lo es, ¡te lo agradezco Dios!, aunque bajo el infinito positivismo de que Falcao, James y Cuadrado puedan fastidiar a esa bestia.
Fue una mala experiencia del fútbol para los colombianos. Está en las manos de James, Cuadrado y los demás restarle importancia a este hecho.
