En los últimos 15 años el pregrado en ciencia política ha crecido exponencialmente en el país. Entre ciencia política, ciencias políticas o estudios políticos, la disciplina que estudia el poder, lo político y la política, la democracia, las instituciones, hace presencia en las principales universidades colombianas. A pesar de estar en el país desde 1964 cuando llegó a la Universidad de los Andes solo fue hasta mediados de los años 90 que la disciplina empezó despuntar en la academia colombiana.
A la Universidad de los Andes le siguió la Pontificia Universidad Javeriana, la Universidad del Cauca, la Universidad Nacional, el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario y la Universidad del Valle. Aunque en la actualidad la “ciencia política dura” sigue concentrada en Bogotá, la carrera ha iniciado un proceso de institucionalización regional que la ha convertido en la disciplina dentro de las humanidades con mayor crecimiento en los últimos 10 años. Esto se evidencia al revisar el listado de universidades que actualmente integran la Asociación Colombiana de Ciencia Política (ACCPOL).
Ante este panorama de crecimiento sostenido y en momentos de transición donde se avecinan profundos cambios institucionales los politólogos podrían ocupar una posición protagónica. Es claro que la implementación del Acuerdo de paz suscrito con las Farc será un proceso que en el corto y mediano plazo requiere de la participación concertada de la academia con las comunidades que han padecido los rigores del conflicto. Particularmente los politólogos formados en la Universidad de Antioquia (pregrado que hace poco cumplió 10 años) tienen un componente en su formación profesional que los diferencia de los demás politólogos del país; una sólida formación investigativa con espíritu crítico y compromiso social. Algo que va en la línea del carácter público de la Universidad siendo una academia que se ha caracterizado por estudiar las dinámicas del conflicto, los espacios de memoria, la resiliencia colectiva y las políticas públicas de paz.El pregrado en ciencia política de la UdeA tiene un componente en investigación social que permite que sus egresados puedan asumir un espacio protagónico en los diferentes proyectos de intervención asociados al posconflicto que se avecinan para Antioquia y el país.
Si hay algo claro es que el Acuerdo no solo puede ser entendido como un tratado de favorecimiento a las Farc pues solo uno de los seis puntos que lo componen se enfoca exclusivamente en las Farc y su proceso de desarme y reincorporación económica, social y política (Fin del conflicto). Los otros 5 puntos (Reforma Rural Integral, Participación política, Solución al problema de las drogas, Víctimas e implementación) no solo involucran a las Farc sino que también buscan generar espacios de concertación entre la sociedad civil y los sectores académicos.
El punto de “Participación política” que se desarrolla en gran medida con la reforma política y electoral y con la creación de las 16 Circunscripciones Especiales de Paz pretende propiciar una apertura democrática y fortalecer las instituciones democráticas. Asimismo, construir una cultura participativa que involucre a los ciudadanos, las instituciones, los sectores políticos y sociales. El Acuerdo es ante todo la oportunidad para fortalecer una propuesta de pedagogía ciudadana que posibilite que los ciudadanos se asuman como participes de lo público en un momento de transición. En ese proceso los politólogos se perfilan como profesionales estratégicos para el país y con un papel determinante en la construcción de una paz territorial y participativa. Desde la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia ya se están dando los primeros pasos.