El 14 de septiembre de 1998, el papa San Juan Pablo ll promulgó la encíclica Fides et Ratio( fe y razón) en donde se expresa al comienzo: “ la fe y la razón son como dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad”. Lo anterior evidencia que el Cristianismo Católico a través de los valores, la lógica y la ética no considera a la fe como una pasión desenfrenada u obsesión neurótica, sino que ella exige inteligencia, prudencia, sobriedad para alcanzar objetivos nobles, humanistas y espirituales.
Contrario a lo anterior, la bestialidad marxista cuya doctrina es seguida por las Farc y otros grupos en Colombia, se fundamenta en la completa irracionalidad, y desde que apareció el manifiesto comunista en 1848, se sublimo a la violencia como la partera de la historia, la cual según esa deformidad hay que practicar porque otros la han utilizada en el pasado, invitando a los seguidores de esa corriente pérfida a asumir el salvajismo en donde la razón desaparece; toda esa aberración es para alcanzar el poder político y someter a los pueblos a la dictadura.
El filosofo alemán Immanuel Kant(1724-1804) en sus tratados sobre la critica a la razón pura, critica a la razón práctica y critica del juicio, desde el punto de vista de la teoría del conocimiento o epistemología, recoge aspectos fundamentales para defender la razón como son: la ética, la moral, la estética, la teología y la doctrina de la virtud, puntos cardinales que deben de subyacer en el comportamiento de la sociedad y el individuo, pero que son antagónicos al esperpento marxista leninista, cuyo interés es alcanzar la burocracia del estado usando cualquier medio, para que su elite parasite a perpetuidad con el manejo del Estado, creando nuevas monarquías como la que existe en Cuba con los Castro y en Norcorea con los Kim.
Contradictorio a los valores que expone Kant, el comunismo totalitario o marxismo, con personajes siniestros como Lenin y el “che” Guevara, hacían una exaltación al terrorismo para esclavizar a los demás seres humanos, aunque el primero rechaza el terrorismo individual, lo justifica cuando lo ejecuta el partido llamándolo guerra revolucionaria; y el asqueroso criminal cubano argentino defendía el terrorismo diciendo “ un revolucionario tiene que convertirse en una fría máquina de matar” y además afirmaba “ tenemos que crear la pedagogía de los paredones de fusilamiento y no necesitamos pruebas para matar a un hombre” también esa alimaña invitaba a poner bombas en cualquier lugar donde se encuentren los enemigos sin importar quien muriera. A los anteriores individuos como terroristas del marxismo se deben de añadir Pol Pot, Stalin, Mao Zadong, Kim Il Sung, Fidel Castro y en Colombia a las Farc y el Eln.
La llamada moral revolucionaria que practican grupos terroristas marxistas como las Farc, no tiene nada que ver con la verdadera moral humanista, que enseña a no hacerle a los demás lo que no quieras para ti o hacer el bien y evitar el mal, pues esa falsa moral del comunismo totalitario desprecia la ética y la razón, tomando las supersticiones de la revolución y el socialismo como sus patentes de corso para infringirle dolor y sufrimiento a otros, porque su aspiración máxima es la toma del poder y por eso el resto de seres humanos son simples objetos para lograr ese fin.
Kant recoge la experiencia basada en la realidad en donde los valores y el significado de la vida no serian importantes, si no son subsumidos por la razón, así que se usa la razón aplicando la experiencia para no caer en ilusiones teóricas. Entonces la ética kantiana se encuentra al tenor de la teoría del conocimiento en donde la existencia de Dios es un fundamento de la conducta moral de los seres humanos y por ello evitar producirle sufrimiento a los demás es una condición necesaria de la razón. Diametralmente opuesta a la anterior consideración se encuentra la secta marxista que siguiendo su par de fetiches sobre el materialismo histórico y la inevitabilidad, cae en la completa irracionalidad creyendo en una predestinación burda con la cual los seguidores de semejante bodrio pretenden someter a los demás mortales a sus instintos insanos.
En algunas ocasiones hemos mencionado que Antonio Gramsci comunista italiano muerto en 1937 le hacía alabanzas a la irracionalidad, despreciando la lógica y la moral para afirmar que no se necesita de la razón, sino que lo importante es ganarse mediante el engaño a los sectores mas ignorantes y atrasados de la sociedad para conquistar el poder y perpetuarse en el, de la misma manera hace poco tiempo el cura brasileño Frei Betto quien representa a la teología de la liberación, confirmaba las afirmaciones de Gramsci diciendo que no se necesitaba de la razón. Quedando patentado que tanto en el comunismo totalitario tradicional como en el marxismo cultural la razón no tiene cabida.
Los marxistas en Colombia armados y desarmados, ante su desnudez teórica para dar el debate en defensa de sus dogmas fundamentados en la sin razón, buscan acudir al argentino Ernesto Laclau(1935-2014) considerado un postmarxista para tener un nuevo disfraz tomando una supuesta democracia radical basada en el hegemonismo de la cúpula marxista, en donde la opresión en contra de las masas sigue siendo la premisa fundamental, pero mencionando un pluralismo agonístico, teniendo siempre como estrategia el socialismo o sea que eso continua siendo el mismo veneno con diferente etiqueta.
Es increíble que el cristianismo católico a quienes muchos consideran como oscurantista y dogmático, en la encíclica magistral Fides et Ratio expone con meridiana claridad cómo la fe debe ser sustentada en la razón y la lógica, mientras que la fauna marxista sigue insistiendo en la brutalidad, el salvajismo y la bestialidad, eso sí cambiando únicamente de máscara para continuar con la violencia y la mentira. Por ello es indiscutible que la razón fundamentada en la realidad y la verdad prevalecen ante las acechanzas del comunismo totalitario. Resaltando además que la razón siempre va de la mano de la verdad siendo la savia de la civilización occidental, cristiana y liberal, y por ello hay que recoger las palabras de la Biblia en el evangelio de San Juan 17,17: “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad”.
