El 2017 lleva un 41% de avance y un evento del departamento de Bolívar sigue siendo noticia. Colectivos de los municipios de Zambrano y El Carmen de Bolívar radicaron solicitudes ante la Registraduría Nacional del Estado Civil para revocar a los actuales alcaldes, Alberto Murillo y Rafael Gallo, de sus cargos como representantes del pueblo. Así mismo, una tercera solicitud fue presentada en el Distrito de Cartagena contra el alcalde mayor Manuel Vicente Duque, suspendido por la Procuraduría General de la Nación por el caso del colapso del edificio “Portales de Blas de Lezo II”; y dos adicionales, tanto en Turbana contra Senén Cantillo y en Córdoba-Tetón contra Karina Becerra. Así mismo, una última se conoció en contra del alcalde Carlos Coronel, del municipio de María La Baja. Todas las solicitudes fueron aprobadas por la Registraduría Nacional de Colombia en cabeza del propio registrador, Juan Carlos Galindo Vácha.
Las razones, más allá de lo que se enmarca en la insatisfacción de estos tres grupos, expresan una supuesta desidia administrativa en los manejos del hospital público de Zambrano y que lo condena a una posible liquidación debido a la ausencia de la implementación de un plan de saneamiento fiscal; en El Carmen de Bolívar con los problemas en la terminación de los acueductos rurales, el aumento del consumo de estupefacientes, la falta de apoyo logístico a la Policía para un normal cumplimiento de sus funciones operativas y la suspensión de proyectos de infraestructura urbana, aparte de la sensación civil de abandono con el tema del efecto de las vacunas contra el virus del papiloma humano en niñas y mujeres adolescentes.
Con relación a Cartagena de Indias, los problemas parten de los graves señalamientos personales mencionados tanto en redes sociales como en la palestra pública en donde el actual alcalde gobierna "en cuerpo ajeno". Además, el desorden administrativo en Transcaribe aunque es considerado como el mejor proyecto de interés público en la actualidad, el aumento de la percepción de inseguridad a pesar de las declaraciones del hoy alcalde suspendido, y otras que hacen parte del tejido social político como no escuchar a la ciudadanía y usar un discurso de populista y no de gestor social, entre desafortunados comentarios que han incomodado a la academia. En cuanto a los alcaldes de los municipios de Turbana y Córdoba Tetón, el primero es sujeto de supuesta falla en la gestión de un proyecto de vivienda, abandono de los campesinos y problemas sin resolver en los sectores educación y salud; finalmente, no se obtuvo información en el caso de la alcaldesa Becerra, aunque se conoció ya había sido la máxima autoridad del municipio en el periodo anterior y fue víctima de una petición de nulidad de elección, dirimida por la Corte Constitucional en el año 2010 a su favor. En cuanto al caso de María La Baja, tampoco se obtuvo información propia aunque supongo que el hecho parte de posible insatisfacción general en su mandato.
A partir del momento en que la Registraduría avaló mediante expedición de resoluciones los procesos civiles de revocatoria, estos ciudadanos contarán con un tiempo reglamentario para la consecución de firmas y rúbricas entre los habitantes aptos para votar. Luego de este paso, será el máximo organismo electoral del país quien se encargará de verificar la autenticidad de dichas firmas en sus bases de datos, y sobre las cuales confiamos que no exista ningún indicio de falsedad o intentos de torpedear la validación científica de las mismas.
Todo lo anterior es posible hoy día gracias a la Ley 1757 de 2015, la cual promueve y garantiza el ejercicio de la participación democrática. En un país donde prima la democracia como eje de intercambio de ideas para la reconstrucción social, pero que además suele convivir con prácticas anti-éticas en el manejo de los recursos del Estado, más allá de la cada vez más fuerte polarización entre lo que creo que sí es cierto contra la desautorización ante el semejante, suelen no ser creíbles estas actividades cívicas: unos las pintan de contrarias al sistema actual, otros que buscan posibles intereses contractuales, algunos más que sí representan los intereses del pueblo, y no faltan quienes dicen que estos personajes son desconocidos. La desconfianza es reina.
Es totalmente claro que toda idea de una persona deja de ser desconocida cuando aprovecha la fuerza de los medios de comunicación impresos y digitales, apoyados en el “voz a voz” de la dinámica local. De hecho, todos dejamos de ser desconocidos justo en el momento que miramos los problemas de ciudad como una oportunidad para mejorar las condiciones de todos los habitantes en sus actuales estratos socioeconómicos, por muy difícil que parezca. Suele entonces usarse una expresión desesperanzadora, pesimista y egoísta para justificar la ausencia de participación: "mejor que lo hagan otros". Y si lo hacen otros también habrá inconformidades, propios de la naturaleza humana.
Los procesos de revocatoria también deben aportar lecciones, más allá de destituir a representantes públicos casualmente elegidos por la mayoría de votantes. En primera instancia, la experiencia política ha mostrado que no siempre el candidato más técnico es el indicado para ocupar el mayor cargo civil del municipio, y que basta y sobra con la "simpatía" que este despierte en la población. Haciendo a un lado las irrespetuosas y atrevidas prebendas preelectorales como la entrega de "regalos" y el uso de razones sociales humanitarias mezcladas con campañas politiqueras, tampoco funcionan los discursos cargados de positivismo incluyente donde el realismo pierde connotación y contextualización. Porque para solucionar los problemas se requiere analizar la realidad vigente, sin maquillajes, con sus consecuencias en todos los plazos, y con un equipo técnico académico e ideal que aporte soluciones de fondo, sin miedo a que en cuatro años se reinvierta en dicha solución a no ser que constituyan gastos de mantenimiento, muy distintos a nuevos contratos para intentar corregir lo que seriamente no se hizo en un primer momento.
De igual forma, la educación del votante es fundamental y quizás es el eje del poder en la toma de decisiones del ciudadano: todos votamos por elección, pero también por influencia. ¡Vota por este candidato! ¡No votes por el tuyo porque no va a ser el ganador! Votaré por este porque así tendré una corbata (léase un contrato, por lo general de prestación de servicios, donde su función pública es casi que inexistente en términos de indicadores sociales y sin verdadera justificación dentro de la apropiación del presupuesto general del municipio). Aunque la polarización también es vista en el origen económico del candidato: él es de estrato alto y solo trabajará por su gente; en cambio, este es del pueblo y estará más atento con nosotros. Se supone que todo candidato trabajará por toda la comunidad, por toda, sin excepción alguna. Y también se supone que el elector, así como está viendo de qué manera impactan las malogradas reformas tributarias actuales en el escaso ingreso quincenal o mensual, debe comparar las propuestas de planes de desarrollo de cada oferente, como también asistir a los debates públicos y confrontarlos con argumentos serios, sin romanticismo o exageración emocional.
Es por estas razones que, ojalá en tiempos futuros próximos, la leche debe dejar de llorarse apenas se ve desparramada sobre el suelo. La sociedad tiene el poder de revocar a sus dirigentes si estos no hacen bien su función (no por ende dejaron de actuar en el momento del escrutinio sino que se mantiene vigente su fuerza), pero también tienen la decisión en sus manos cuando de elegir se trata. Habrá muchos que estarán en desacuerdo por este nuevo proceso, basados en una nueva crisis de gobernabilidad e intentarán, con sus derechos legales, de detener estos trámites para darle un respiro a los cuestionados alcaldes. En donde sí no puede permitirse cabida, es en la acusación y señalamientos entre estos grupos. El principal motor de la democracia es el respeto a las ideas, y las ideas son generadas por personas que merecen saber que sus derechos terminan donde comienzan los del otro. Por tanto, es mucho más fácil prevenir en excelentes e incluyentes planes municipales de trabajo donde no solo sea el alcalde quien ejerza, sino que la ciudadanía también se empodere de su accionar veedor, en vez de seguir fortaleciendo la idea del lamento permanente cuando "el pueblo y la ciudad siguen en las mismas o peor".
Adendo: las nuevas dinámicas territoriales mundiales apuntan a la construcción de ciudadanía inteligente e infraestructura sostenible en términos ambientales, sociales, académicos y educativos. Zambrano, Córdoba-Tetón, María La Baja, Turbana, El Carmen de Bolívar y (el centro histórico de) Cartagena pueden disfrutar una nueva etapa de vida política si los actuales alcaldes y/o los próximos no solo incluyen este punto en la agenda, sino que lo sepan gestionar y hacerlo realidad. Queda en sus manos.
