Uno de los éxitos logrados por el Partido Comunista Colombiano desde sus comienzos fue infiltrarse en las organizaciones sindicalistas del país y manejarlas desde adentro, pero sin que pertenecieran a la organización. Fue una recomendación formulada por el Presidium al Comité Central del PSR en 1929.
En Colombia existen más de once mil organizaciones obreras y sindicales que en su esencia nacen con la finalidad de proteger al trabajador de las condiciones laborales en la empresa, pero con el pasar de los tiempos se han dedicado a desangrarla y obtener los máximos beneficios para sus afiliados, aún a costa de hacerla inviable con el futuro.
De esas asociaciones legalmente constituidas, una gran mayoría están manejadas y orientadas con una clara tendencia de izquierda como es el Comité Ejecutivo de la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (FECODE), compuesto por quince miembros, todos ellos con tinte sindicalista que luchan en contra de las políticas neoliberales. Es la federación sindical más grande del país con 150 mil afiliados.
Pertenecer a una ideología con tintes de izquierda obviamente no es en ningún momento ilegal y es plenamente justificable en una democracia, pero sí dice mucho de la orientación que se le quiere dar a la organización obrera o sindical y que repercuta directamente en en la educación que se está impartiendo en las escuelas del país.
"Todas las políticas públicas influyen en nuestras vidas. Y las políticas en defensa de los trabajadores y de reducción de la desigualdad social han sido la bandera de la izquierda política en Europa. Esta es la principal razón por la que los sindicatos han de tener una ideología marcadamente de izquierdas. Simplemente por coherencia". (1). Igual sucede en Latinoamérica. Colombia no es la excepción. Y concluye el documento que "cualquier sindicato que pretenda de forma rigurosa defender los intereses de los trabajadores de manera global lo habrá de hacer desde la izquierda".
En este contexto organizativo, es entonces donde la extrema derecha aparece. Entre 2002 y 2016 fueron asesinados 558 líderes sociales, y en los últimos veinte años se calculan más de tres mil sindicalistas muertos. Colombia es considerado el país más peligroso para ejercer esta actividad gremial.
Las Naciones Unidas y otros organismos han expresado su preocupación por la constante intimidación y asesinatos a líderes de izquierda. Muchos de estos crímenes quedan sin resolver. El año pasado la cifra llegó a 127 líderes asesinados y en los tres primeros meses de este año el Gobierno reportó 17 sindicalistas muertos.
Fecode reporta más de mil docentes asesinados y centenares de denuncias por amenazas provenientes de grupos alzados en armas, bacrin, padres de familia y los mismos estudiantes.
Los educadores exigen aumento salarial, mejoría en el sistema de salud y reforma de la jornada única. También, piden reivindicaciones de derechos, pero muchas veces se olvidan de sus deberes como docentes y de impartir una educación de calidad.
(1) Sindicato ¿de izquierdas, de derechas o neutro? Marcelino Zornoza, Secretario de Organización de CCOO-Industria CLM.
