En campaña Edgar Martínez Romero le prometió a sus electores un "Sucre libre de corrupción". Bajo esos principios arrasó en la elección derrotando a Milene Jarava, esposa del polémico Yahir Acuña. Arrancó un gobierno de bajo perfil, más bien técnico, que se fue volviendo político y dejando de lado su eslogan de campaña. Han sido muchos los escándalos relacionados al flamante gobernador que cargan en sus espaldas la cruz del respaldo de Álvaro García Romero.
El nuevo episodio que ratifica que Sucre no será un departamento libre de corrupción corre por cuenta del traginado PAE (Plan de alimentación escolar) que le ha costado al gobierno nacional tantas críticas. Tal parece que lo menos importante para Martínez Romero es la alimentación de los estudiantes sucreños, pues convirtió el programa bandera del MEN en un nuevo fortín político. Se lo adjudicó a su nuevo mejor amigo el Senador Bernardo Elías Vidal, popularmente conocido como el "ñoño", quien es investigado entre otras cosas por el escándalo de Odebrecht.
Entre los proponentes estaban Adolfo Ramírez Godoy, a quien el gobernador de Sucre le hizo saber que para el año 2017 no le entregaría el PAE a través de su empresa, Corporación Regional para el Desarrollo, porque esta se encontraba en investigación por parte de la Fiscalía. El ente investigador cerró la acusación contra Ramírez Godoy, el MEN mostró cifras de excelencia y los rectores dieron parte de felicidad en medios de comunicación locales respaldando a Ramírez.
Entonces Martínez en el afán de fortalecerse para las elecciones de 2018 le dio a "ñoño" el PAE a través del señor Iván Gregorio Castilla Rodríguez, oriundo de Planeta Rica (Córdoba), donde es identificado por ser mercader de votos para Elías Vidal. De este modo el gobernador de Sucre, conocido por la carencia de buen discurso y su mal genio, con acciones como esta busca debilitar a sus competidores para Senado. Esto porque su sobrino Carlitos Espinosa busca una curul en la cámara alta, y tampoco es un misterio que Ramírez Godoy es aliado del senador liberal Mario Alberto Fernández, quien fuera el único que acompañó en plaza pública al entonces candidato Edgar Martínez y apostó por él cuando todo mundo daba por ganador a Yahir Acuña.
Resultó entonces Martínez más corrupto que sus antecesores, incluyendo a Eric Morris Taboada, quien fuera condenado por parapolítica y que jugó en esta adjudicacion el papel de lobbista asegurando así el contrato para su yerno el ñoño Elías. ¿Tendrá Sucre que aplazar su anhelo de progresar en paz? Es el interrogante del pueblo que cada cuatro años confía en promesas que quedan en el limbo.