El descrédito a los testimonios de exdesmovilizados en algunos casos puede ser la ventana a la impunidad. El 8 de agosto del 2004 fue asesinado Manuel Afanador. Su verdugo, Carlos Guerra Jiménez, exmiembro del Frente contra insurgencia wayuu del Bloque norte de Jorge 40, confesó su culpabilidad con toda la minucia y frialdad: "Le disparé entre siete y ocho veces en la puerta de su casa porque lo ordenaron los políticos de la época en Uribia, la Guajira". Señaló al exalcalde Marcelino Gómez 2004-2008, la orden era clara: ultimar a toda la familia del exconcejal Enrique afanador.
Para conseguirlo montaron una trama de infundios y mentiras como señalar a la familia Afanador, honesta y con tradición en la región y entre la comunidad Wayuu, como guerrillera y responsable de publicar pasquines para vincular a los políticos con los paramilitares. La familia Afanador fue desplazada, amenazada. El sicario fue capturado cuando intentaba extorsionar a un expendedor de gasolina. Fue detenido y estando en la cárcel se desmovilizo y confesó el asesinato de Manuel Afanador sin omitir detalle.
Pero esta fue la única responsabilidad criminal de algunos políticos guajiros; con anterioridad habían sido vinculados con testimonios juramentados a la masacre de Bahía Portete en la que fueron asesinadas mujeres y niños wayu. Es una de las más terribles de las que se dieron en la ruta de horror de los paramilitares en la Guajira... Por este terrible hecho está condenado alias Pablo, jefe del Frente quien fue entregado en extradición a la justicia norteamericana. Alias Pablo reconoció ser el amo y señor de la alcaldía de Uribia antes y después de la desmovilización de los paramilitares.
Con todas las pruebas documentales, el caso no ha sido cerrado. En la Fiscalía 4 especializada sigue abierto el proceso. Los paramilitares que confesaron el crimen de Manuel Afanador están siendo investigados por falso testimonio habiendo cumplido con su compromiso de decir la verdad libre. El fiscal Julio Cesar Montoya, desconociendo el dolor de las victimas, está de manera inexplicable llamando a miembros de la familia Afanador a declarar alrededor del crimen de su hermano Manuel, dejando abierta la posibilidad de que políticos que en el pasado se aliaron con un aparato de terror como las AUC no sean juzgados y terminen libres y sin tener que responder por ordenar asesinatos para tapar una corrupción desbordada que tiene muriéndose de hambre los niños de La Guajira.