Si la Universidad digital prometida por el Gobernador Luis Pérez es de cartón, la Empresa de Desarrollo Agropecuario prometida por él es de papel

Si la Universidad digital prometida por el Gobernador Luis Pérez es de cartón, la Empresa de Desarrollo Agropecuario prometida por él es de papel

"Si la actual gobernación quisiera beneficiar a los campesinos, tendría un diagnóstico serio de los problemas que son necesarios de atender"

Por: Jorge Suaza Barrera.
mayo 17, 2017
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Si la Universidad digital prometida por el Gobernador Luis Pérez es de cartón, la Empresa de Desarrollo Agropecuario prometida por él es de papel
Foto: El Mundo

¿Hay cosa que más cuadre sino que la misma Estulticia sea trompetera de sus alabanzas y cantora de sí? (Erasmo de Rotterdam, Elogio de la locura)

El señor gobernador Luis Pérez, nos tiene acostumbrados al usar palabras ostentosas, para crear realidades virtuales y para comprometerse con la ejecución de “grandes proyectos” elaborados sin ningún rigor, que luego terminan siendo pequeñas caricaturas de lo que inicialmente había prometido.

Para el tema rural, quiso hacer creer a los antioqueños que con su llegada al poder la historia del campo en Antioquia se partiría en dos: antes de su elección los campesinos no tenían norte, sembraban en todas partes, no sabían para que sirven los suelos y no habían identificado los productos que debían comercializar1. Según Luis Pérez, su elección como gobernador marcó el momento de “dignificar la profesión de los campesinos, darles condiciones laborales apropiadas, y generar de nuevo esperanzas en el campo de nuestro departamento”2.

Se comprometió a liderar una gran revolución en el campo con “la creación de la Empresa de Desarrollo Agroindustrial de Antioquia, EDAA, que sería la encargada de ordenar e impulsar el desarrollo integral de Antioquia, buscando la dignificación del campesino, su familia y su rol en la sociedad, así como el fortalecimiento de una agricultura viable, la recuperación de los suelos antioqueños y la vocación comercial de los mismos3. De acuerdo con el Plan de Desarrollo “Pensando en grande”, dicha empresa sería  “una empresa industrial y comercial del estado, descentralizada, del orden departamental, con personería jurídica, autonomía administrativa y patrimonio independiente”4.  

Para demostrar que no estaba cañando con su “proyecto visionario” para el campo, en entrevista dada al periódico El Colombiano a finales del año de 2015, prometió invertir $500.000.000.000 para le creación de esta empresa, sembrar 120.000 nuevas hectáreas (de las cuales sembraría 20.000 en el 2016) y generar 150.000 nuevos empleos en el campo5.

Sin embargo, tal como sucedió con la promesa de la creación de la universidad digital, la Empresa de Desarrollo Agropecuario de Antioquia, que fue presentada como una revolución en el campo, quedó en el papel y con la complacencia de Asamblea, se convirtió -con la Ordenanza No 50 del 2016- en un Fondo Agroindustrial y Empresarial, sin personería jurídica, “administrado y dirigido en las condiciones que determine el Gobernador”.

Los 150.000 empleos prometidos pasaron a ser 100.0006, y a la fecha no ha generado ninguno. Las 120.000 hectáreas nuevas que serían cultivadas en el cuatrienio se convirtieron en 80.0007, y de las 20.000 hectáreas que deberían estar sembradas al terminar el año 2016 no han sembrado ninguna. En otras actividades, solo puede mostrar los resultados de proyectos que dejó diseñados y financiado la anterior administración como el programa MANÁ, o lo que adelanta el Gobierno Nacional con el programa Siembra.

En materia de recursos para el campo, los $500.000.000.000 que inicialmente había prometido se convirtieron en $150.000.000.000, porque los 350.000.000.000 que faltan para cumplir la promesa, deben ser aportados por el Gobierno Nacional o conseguidos mediante asociaciones estratégicas 8 9.

El cambio de los indicadores desdice de la seriedad de las promesas hechas a los campesinos con el propósito de conseguir su apoyo. Pero, además, el gobernador y el señor secretario de agricultura han dado declaraciones públicas que no son coherentes con lo que inicialmente habían prometido, y demuestran que el propósito real de la administración de Luis Pérez es convertir a los campesinos antioqueños en trabajadores asalariados que deben entregar sus tierras a grandes empresarios o a empresas asociativas, para que estas decidan sobre los cultivos que serán establecidos en ellas, a cambio de un salario, unas prestaciones sociales y una prometida jubilación 10, lo cual los transforma en personas que ganarían un salario trabajando en su propia tierra, pero como empleados de un tercero.

Para justificar su “proyecto visionario”, el gobernador no solo creó una realidad virtual, sino que, además, borró hechos ciertos de la historia del sector rural en Antioquia, utilizando cifras del año 2011 que fuera de no estar vigentes, se presentan en el plan de desarrollo “Pensando en Grande” de manera desarticulada y contradictoria, con un típico “copy paste” de textos no digeridos por quienes redactaron la línea estratégica que bautizaron con el pomposo nombre de “la Nueva Ruralidad, para vivir mejor en el campo, mostrando el bajo conocimiento que tiene la actual gobernación de la ruralidad antioqueña.

Si la actual gobernación quisiera beneficiar a los campesinos, tendría un diagnóstico serio de los problemas que son necesarios de atender y los diseños de los programas y proyectos con los cuales los resolvería o ayudaría a resolver. Conocería los estudios que en anteriores administraciones se han hecho para comprender los conflictos de uso de los suelos y las potencialidades que presentan las nueve subregiones de Antioquia, y, así, se ahorraría el costo de los estudios que está contratando para obtener información que ya está disponible.

Igualmente, entendería que los campesinos tienen saberes ancestrales que son posibles de mejorar, pero nunca despreciar, y no estimularía la entrega de sus tierras a personas o empresas que, según el secretario de agricultura, “sí la saben cultivar y comercializar” a cambio de que sean contratados como asalariados en su propia tierra.

Si los propósitos fueran coherentes con la intención de mejorar la calidad de vida de los campesinos, habría hecho una valoración desapasionada de los programas exitosos de la anterior administración, y así no habría acabado con las 413 Escuelas de Campo de Agricultores ECAS, desarrolladas en 114 municipios y que beneficiaban a más de 12.000 campesinos de los cuales más de 8.000 fueron certificados por el SENA.

También fortalecería los 35 convenios aplicados en 2.018 fincas, que fueron diseñados entre los productores, las universidades y la Secretaría de Agricultura, con los cuales se estaba generando conocimiento científico en 12 líneas productivas de importancia estratégica; fortalecerían los 22 centros de producción transformación y comercialización; continuaría impulsando las 23 cadenas productivas que la administración de Sergio Fajardo dejó diseñadas, financiadas y funcionando con excelentes resultados; no habría desmontado el programa de cafés especiales que le estaba abriendo nuevos mercados y mejores ingresos a miles de pequeños campesinos de Antioquia y se estaba convirtiendo en una real alternativa para la sustitución de cultivos ilícitos en las zonas aquejadas por la violencia.

Si la actual Gobernación entendiera la importancia de la tierra para los campesinos, en vez de proponerles que las entreguen a terceros, continuaría con los procesos de formalización de la propiedad y estaría pendiente de 1.960 procesos de formalización para familias campesinas, que dejó iniciados la administración Fajardo, acompañando a las familias en la gestión de estos trámites ante las instituciones responsables de la adjudicación de baldíos.

Finalmente, si tuviera conciencia de la relación que existe entre educación, productividad y oportunidades en el campo, no habría acabado con la política de sostenimiento de los Parques Educativos, cuyos principales beneficiarios son campesinos o hijos de campesinos.

Los resultados en los primeros 16 meses de la gobernación de Luis Pérez, son coherentes con un pensamiento estrecho, sectario y clientelista, incapaz de construir sobre lo construido: 100 huertas de 10 m2 (una hectárea), ningún recurso para los promocionados “acuerdos comerciales” y buenos contactos con la plaza minorista, almacenes de cadena y con diversas instituciones, además de la participación de funcionarios de la secretaría de agricultura, en eventos programados por diferentes gremios, empresas e instituciones 11.

Definitivamente, Luis Pérez ha hecho muchas promesas, muchos anuncios, pero presenta pocos resultados.

 

El Tiempo, agosto 22 de 2016. Antioquia con el primer POT agrícola del país.

Plan de Desarrollo, Antioquia piensa en grande. Línea estratégica 2: para vivir mejor en el campo.

Idem

Idem.

El Colombiano, 12 de noviembre de 2.015. Entrevista al Gobernador electo.

El Tiempo, agosto 22 de 2016. Antioquia con el primer POT agrícola del país.

Gobernación de Antioquia. Rendición de cuentas 2016.

Idem.

Ordenanza No 50 del 28 de diciembre de 2.016, por medio del cual se crea el Fondo Empresarial Agroindustrial “Antioquia siembra” y se crean facultades protempore.

10 El Mundo, 22 de febrero de 2.016. La Empresa de Desarrollo Agropecuario, da sus primeros pasos.

11 Ver respuesta a derecho de petición presentada Diego Hernán Ochoa, del 17 de marzo de 2.017.

 

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