Colombianos y guajiros: recuperemos la esperanza

Colombianos y guajiros: recuperemos la esperanza

"No podemos condenar a las futuras generaciones a un medio social con las limitaciones actuales de riesgos, insalubridad y falta de oportunidades"

Por: Martín López González
mayo 16, 2017
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Colombianos y guajiros: recuperemos la esperanza

 

Con frecuencia en la Guajira somos intolerantes con la vida del prójimo, la opinión contraria, la diversidad de ideas, los derechos humanos, la acción de la justicia y el éxito de los demás; es decir, lo bueno. En contraste, somos demasiado pasivos y tolerantes con la corrupción,  la desnutrición infantil, la violencia, las aguas servidas en las calles, la incompetencia de los gobernantes, los abusos de los círculos de poder, la violación de las leyes; es decir, de lo malo.

Los problemas que nos afectan no son únicamente los técnicos-estructurales. Los más graves y difíciles, que requieren también cambios importantes, son los hábitos y comportamientos de la gente. Los guajiros en general se han adaptado a bajos niveles de calidad de vida. En lo psicológico y emocional hay que replantear los principios, valores y prioridades. Se percibe un lento despertar después de un gran letargo. Los guajiros han comenzado a tener confianza en su primera autoridad.

No únicamente  habían perdido la autoestima, también la esperanza. Al parecer, se da una tendencia hacia la recuperación, muy débil aún. Pueblo que en algún momento de su historia sufrió una crisis de valores y, por ende, de la perspectiva de futuro. Estuvo despojado de convicciones y principios, convirtiéndose en la vulnerable sociedad actual. Todo eso se materializó en caos y anarquismo por cuenta de la pérdida de límites del respeto en lo social y legal.

Lo que generó un conjunto de actitudes enraizadas que han constituido frenos, tanto para el desarrollo, como para la modernización. Hoy estamos en el inicio de una catarsis social inspirada por la reflexión individual de algunos de sus hijos, su gobernador (e), entre ellos, quienes no están dispuestos a perpetuar las condiciones y niveles de vida a la que hemos estado sometidos, producto del desgreño y dolo con que se ha manejado la cosa pública.

No podemos condenar a las futuras generaciones a un medio social con las limitaciones actuales de riesgos, insalubridad y falta de oportunidades. Ya es hora de que  enfrentemos nuestra responsabilidad ante el estado en que está el departamento e impulsemos la construcción de un horizonte con visión compartida. Una identidad común basada en el orgullo por los logros a obtener con base en el éxito de los esfuerzos y vientos actuales de modernización.

Hay que revertir la viveza criolla, que se ha perfilado activamente en la utilización de la inteligencia y de la creatividad al servicio de la violación de las normas, sin vacilar en sacrificar a los demás para lograr sus ambiciones. Todo ese potencial debe apuntar al cambio cultural positivo en la medida  que reafirme el futuro y el concepto del progreso; estimule un código ético que ayude a ampliar el grado de confianza en la sociedad guajira  y apuntale la creencia de que podemos controlar nuestro destino.

La política es muy importante y trascendental para dejársela solo a los políticos. Son ellos los que toman las decisiones más importantes de una sociedad. Recuperar la política en su sentido más noble y amplio, ese que la vincula a la reflexión sobre cómo construir una sociedad mejor, más equitativa e incluyente; sobre cómo desterrar la corrupción y el clientelismo para devolverle a la función pública —desprestigiada y generadora de desconfianza— su capacidad para gestionar el bien común.

La invitación es a todas las personas, no importa su origen social, político, académico o cultural, es a hacer un alto en el camino para analizar y dialogar acerca de las perspectivas de conformar un movimiento cívico e independiente, capaz de emprender la transformación social de La Guajira para impulsar el cambio más importante; el de la mentalidad ante la realidad del momento. Se trata de desarrollar nuevos estilos de pensamiento y de tendencias conductuales

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