Los sucreños se preguntan a diario: ¿dónde está el gobernador? Esta cuestión no tiene respuesta, ya que el departamento sigue sumido en la indolencia y el desgreño administrativo, producto de la falta de un timonel que verdaderamente se ponga los pantalones y gobierne como lo establece la Constitución y las leyes.
No se trata de “caerle al caído”. En las pruebas que están a la vista se observa que Sucre sigue siendo uno de los peores departamentos por los altos niveles de riesgos de corrupción en la gestión administrativa. De hecho, el ITD (Índice de transparencia departamental) del 2017 lo encasilla dentro la categoría de riesgo muy alto al lado de la Guajira, Putumayo y Córdoba.
El gobierno fantasmagórico del Dr. Edgar Martínez Romero ha debilitado la institucionalidad departamental, a tal grado que no permite garantizar que los recursos públicos estén protegidos de los intereses de la corrupción. Prueba de ello son las constantes suspensiones de giros de regalías por parte de Planeación Nacional, a falta de vigilancia, control y asesoría del departamento en las inversiones que realizan los municipios que solo piensan en robarse los dineros del estado.
El gobernador, en su posesión, exclamó que recibió al departamento saqueado y desangrado por la corrupción. Sin embargo, ese señor amable y carismático de campaña, que se convirtió en un fantasma despótico, presumido y falto de ética en el trato y sin visión en la gestión pública, lleva a nuestro departamento por ese mismo camino.
Hoy en día, en año y medio de su administración, es nada lo que puede mostrar. Su ausencia permanente y la falta de entereza en afrontar los problemas se palpitan actualmente con el mal llamado “plan pistola”, donde están matando a nuestros policías y él no se ha pronunciado en absoluto. Los consejos de seguridad los preside el inexperto y falta de autoridad de su secretario de gobierno, en estos la Policía, la Armada y el Ejército acordaron trabajar en conjunto para hacerles frente a las amenazas de "Clan del Golfo" en el departamento.
Además, los descubrimientos de corrupción de los hemofílicos son producto de una investigación de la Contraloría General, lo mismo va a suceder con las investigaciones en la educación, infraestructura y el INDER. Igualmente, existen dudas sobre la contratación del plan de alimentación escolar (PAE). Adicionalmente, el comandante de la Policía de Sucre expresó que los presos tendrán que dormir en carpas instaladas en las afueras de la gobernación o en los parques, ya que por el plan reglamento del IMPEC no hay espacio para tanto preso. Tampoco se puede olvidar que en el reciente accidente del cantante Martin Elías, el gobernador se lavó las manos por el mal estado de la vía Toluviejo-San Onofre y responsabilizó de ello a la ANI (Agencia Nacional de Infraestructura) a sabiendas de su falta de gestión al respecto, la falta de insumos en el hospital de San Onofre y el alto costo del peaje en una vía inexistente.
Pero para los sucreños, eso no es todo, la inseguridad y la corrupción en el departamento es galopante. Nuestro gobernante no se pronuncia sobre la caracterización de la población víctima de la violencia, tampoco sobre las amenazas de muerte de funcionarios públicos en los municipios. Ni mucho menos sobre el invierno, por ejemplo, la mojana colombiana tiene problemas de filtraciones del río Cauca, especialmente La Boca de los Moncholos, el chorro de Los Diógenes, y no se ve gestión ni apoyo gubernamental. La investigación que emprendió hace más de año y medio la Fiscalía sobre presuntas irregularidades en la obra de recuperación de playas en Tolú y Coveñas dejó ayer las primeras seis capturas y nuestro gobernador ni se inmuta al respecto.
Los docentes del departamento tienen que declararse en desobediencia por la falta de inversión en dotación e infraestructura en sus colegios. Además, las comunidades indígenas se mueren de sed por falta del servicio agua potable. El ineficaz comité departamental de riesgos no previno lo que todos sabíamos que sucedería en la región por las fuertes lluvias acaecidas últimamente, y a todo ello le endosamos el despelote por el nombramiento de la directora del ICBF Sucre y su pelea con Cristina Plazas, directora nacional de dicho instituto, así como la falta de intermediación para dilucidar el problema entre el Ministerio del Interior, la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), Autopistas de la Sabana”, y el cabildo indígena de Sierra Flor en la construcción de la doble calzada Sincelejo Toluviejo.
Sucre reclama de Edgar Martínez Romero que gobierne, que se “unte de barro”, no más “carita bonita” y que deje de pensar solo en su jubilación y de abrirle camino a su sobrino Carlos Espinoza Martínez, en su aspiración al Senado, que presida el consejo superior de la Universidad de Sucre, de CARSUCRE, de CORPOMOJANA, pero que gobierne, que lo haga con sus amigos y no con sus enemigos como sucede actualmente que no lo van a dejar gobernar, eso es lo que queremos los Sucreños. Si no puede hacerlo, por favor RENUNCIE, sería su mejor jugada.
