Parafraseando aquellas primeras e inquietantes palabras del Manifiesto comunista de Marx, el día miércoles pasado se hizo presente en mi cabeza una frase que puede resumirse así: “Un fantasma recorre Colombia: el fantasma del fascismo”.
Y la alarma no era para menos, y para ello basta con preguntarnos qué hubiera ocurrido de pasar en el Congreso el referendo en contra de la adopción de niños por parte de personas diferentes a aquellas unidas bajo el manto del matrimonio.
No creo que para nadie sea una sorpresa que de haber pasado la propuesta cristiana, el voto popular hubiera sido claro y contundente (más del sesenta por ciento dicen las encuestas y bastante más gracias a una de aquellas eficientes campañas llenas de mentiras a que estamos tan acostumbrados).
El No histérico de la población colombiana a aquellas minorías perversas y sucias hubiera sido contundente.
¿Y qué venía después?
Pues muy simple. La inteligente jugada del Centro Democrático (o derecha democrática como dicen otros o extrema derecha como pensamos algunos) al darse cuenta que la compañía de los extremistas cristianos resulta ampliamente beneficiosa, habrían montado al poder a quién sabe qué siniestro candidato y poco a poco comenzarían a proponer todo tipo de principios que solo pretenden acallar voces para crear con pasos perfectamente pensados un estado fascista con todas sus letras. Y todo ello bajo la sagrada palabra.
Habrían montado al poder
a quién sabe qué siniestro candidato
En mi artículo anterior (“Avance y retroceso”) daba cuenta de la temible fuerza que tienen bajo la manga los grupos cristianos que más temible aun pueden serlo con la ayuda maquiavélica del uribismo, unidos todos con el apoyo popular ya que para todos es claro que el pueblo colombiano quiere una cosa: orden. Y cuando se habla de orden se recibe cualquier orden, así sea el orden fascista.
Con convicción plena debo decir que de una buena nos hemos salvado, y para celebrar el gran triunfo, no nos queda sino agradecer por sus gestiones al baboso gobierno de Santos cuya máxima condecoración es la de guiar un sistema sumido en la corrupción, al señor Cristo del cual solo recordaba sus palmadas de apoyo al señor Samper Pizano y el proceso ocho mil y obvio, al señor Roy Barreras, quien ya había dicho dijo en su momento públicamente que está en contra de la adopción gay y del matrimonio igualitario y a quien tal vez se le prendió la luz de alarma.
Y hablando de…
Y hablando de luces, ¿será que al fin se están prendiendo las luces de la justicia en el caso del expresidente Uribe Vélez?