¿Qué nos sorprende del feminicidio de Claudia Rodríguez? ¿Acaso nos alarma que fue en público? Es una problemática que hace parte de la cotidianidad, decenas de casos suceden cada día en los hogares y las instituciones se lamentan y se pronuncian, pero no actúan, ni se hacen responsables de un feminicidio donde la víctima había denunciado y donde nuevamente el Estado y la justicia brillaron por su ausencia, así como lo han hecho con la mayoría de las mujeres que diariamente son agredidas, torturadas y violentadas en Colombia.
Es solo cuestión de revisar las cifras para evidenciar la brutal realidad, 24 mujeres han sido asesinadas desde el 1 de enero al 5 de abril de 2017, según Medicina Legal, por sus parejas o ex parejas.
Vivimos en un país donde los medios no encuentran un ápice de responsabilidad en sus ganas de conseguir likes, al decir que fue ‘un crimen pasional’ (como si de un cuento de Disney se tratara), al decir “Murió la mujer que permanecía retenida en el C.C Santafé”. No señorxs, su muerte no se resume en algo tan simple como decir ‘la mataron’.
Y es necesario señalar que no lo hizo un hombre enfermo, como dicen en las redes sociales, lo hizo un orgulloso hijo de esta sociedad machista, lo hizo un orgulloso hijo de la impunidad que lo mantenía libre en las calles, creyendo (como muchos) que su pareja le pertenecía y que tenía derecho sobre su vida y su muerte.
Lo hizo Julio Alberto Reyes, un hombre que decidió (léase bien, decidió con su libre albedrío) asesinar, cometer un FEMINICIDIO (así le rechine a la sociedad la palabra) cuanto notó que ya no tenía el control, el control que permite clasificar a las mujeres como santas o putas, que permite justificar violaciones y culpar a las víctimas de la violencia de género, que permite decir que son ellas las responsables y que ellas se lo buscaron.
El mismo sistema que le enseña a las mujeres a vivir con miedo, a naturalizarlo y hacerle creer que esa es la regla, que está bien normalizar la violencia machista y que todxs lo deberíamos hacer, que en cambio, no judicializa y muchos menos enseña a los victimarios a no maltratar, acá perpetúa la impunidad y se considera al feminismo como una ideología radical, cuando es el machismo el que asesina cada día. #TodasSomosClaudia #NoMásFeminicidios