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Florencia podría enfrentar una catástrofe de grandes proporciones, igual o mayor a la registrada en Mocoa. Así lo alerta el periodista, Edilberto Valencia al manifestar que Florencia está al filo de la navaja, ya que se han registrado situaciones previas y tiene cuatro afluentes que rodean la zona urbana.
La capital del Caquetá está rodeada por el río Hacha. Su ubicación urbana se encuentra en la confluencia de aguas del piedemonte en el río Orteguaza. Por el perímetro urbano pasan las quebradas La Yuca, La Sardina y La Perdiz que atraviesa la ciudad de norte a sur y confluye con el Hacha a la altura del barrio Juan XXIII. Tanto así, que hace parte del Distrito de Conservación de Suelos y Aguas del Caquetá. La zona de reserva de estos afluentes no ha sido respetada y sobre sus márgenes se han construido una gran cantidad de viviendas, lo que hace permanente el riesgo por inundaciones. Según el Comité Local para la Prevención y Atención de Desastres hay 33 barrios que componen el mapa de inundaciones en la ciudad. Hasta los árboles de orillas han sido talados, lo que incrementa la situación de riesgo, "gran parte de Florencia está construida en zonas de alto riesgo, cuando se presente una verdadera emergencia, los planes de contingencia que hoy tiene la ciudad, serán paños de agua tibia", puntualiza Valencia.
Según datos históricos, en Octubre de 1962 el río El Hacha se llevó el barrio La Vega produciendo alrededor de 300 muertos. El 4 de octubre de 1999 el desbordamiento del mismo río dejó 17 personas muertas, 4 desaparecidos y más de 3.000 damnificados.
En el 2010 fueron 25 barrios los inundados. Un niño murió por inmersión y 14 barrios fueron afectados en mayo de 2014 por el desbordamiento del río Hacha y la quebrada La Perdiz que tiene varias quebradas afluentes. En junio de 2015 una vez más el río El Hacha y la quebrada La Perdiz que pasa por el centro de la ciudad, se desbordaron e inundaron calles y viviendas, entre ellas los barrios San Judas Bajo, Raicero, Juan XXIII, El Guamal, Obrero, San Luis, La Esmeralda y El Chamón. La inundación afectó enceres y dejó damnificadas a 760 familias que habitaban en zonas de alto riesgo. Para ese entonces, el geólogo Esteban Cabuya, director de la Fundación para Estudios Ambientales de la Amazonia, explicó para el periódico el Tiempo que la alerta es latente, ya que por lo menos la tercera parte de los barrios de la capital de Caquetá está ubicada en zonas de alto riesgo.
Los esfuerzos por intervenir en el correcto uso del espacio por medio del Plan de Ordenamiento Territorial en Florencia, son un reto inamovible y no deben cesar. Se deben promover acciones preventivas con criterios prospectivos frente a los riesgos y catástrofes naturales. El déficit del suelo urbano en Florencia es de 4.715 según datos del Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio. El POT debe velar por establecer zonas seguras para los nuevos desarrollos urbanísticos de la ciudad, principalmente al occidente del río Hacha, mediante la delimitación de zonas de expansión urbana y garantizar así las áreas libres de amenaza por inundación.
Así mismo, se debe intervenir en las zonas forestales de recuperación y conservación ambiental en el perímetro urbano, es decir cumplir con el Suelo de Protección y Establecimiento de Zonas de Protección por Riesgo que son las áreas que tienen restricción en su posibilidad para urbanizarse. Hay que intervenir en la microzonificación de riesgo para la zona urbana de expansión urbana y/o suburbana, "El estudio de microzonificación de riesgo contemplará por lo menos grado de vulnerabilidad del fenómeno de deslizamiento sobre el río Hacha y las quebradas Caraño, Dedo, Yuca, Dedito, Sardina, Perdiz y demás que confluyan con sus aguas de manera directa o indirecta en los núcleos poblacionales del Municipio. Además, el Plan de monitoreo, prevención, y atención de desastres por inundaciones y deslizamientos", según el Acuerdo del POT No.018 de 2000.
La correcta intervención del POT minimiza el riesgo, "Existe un número importante de población de las áreas urbanas y de las zonas rurales que están ubicadas en zona de riesgo de inundación y deslizamiento, que no han sido reubicados debido a los altos costos de estos procedimientos y a la resistencia de esta población a salir de la zona. Fenómeno que se ha agudizado en algunos centros por la alta presencia de población desplazada. Departamento de Caquetá presenta altos índices de déficit en reubicación de vivienda en zonas de alto riesgo, construcción de vivienda de interés social y prioritario, digna para las personas más necesitadas, debido a la falta de inversión y planeación para disminuir los problemas de cobertura en este sector, y así suplir las necesidades críticas que presentan estas familias al no tener una vivienda digna con todas las condiciones necesarias para su habitabilidad", se establece en el diagnóstico del Plan de Desarrollo 2012 - 2015 “Caquetá: Gobierno de Oportunidades”.
De manera reciente, en Julio de 2016 una nueva inundación se registró, fue una vez más la quebrada La Perdiz, la que se salió del cauce por una creciente súbita, afectando cinco barrios: San Judas Bajo, El Raicero, Comuneros Bajo y El Guamal. La quebrada La Sardina se ha desbordado varias veces, afectando barrios como El 20 de Julio y deteriorando en el puente de la zona. También se han registrado avalanchas en la quebrada La Yuca. Este panorama evidencia que Florencia tiene amenazadas por la condición hidrometeorológica y es vulnerable a amenazas por la inestabilidad de laderas. Éstas se agudizan por las precipitaciones y el crecimiento súbito de los cuerpos de agua de la zona. A lo que sus suma el riesgo sísmico por la falla del Suaza y las placas tectónicas de Nazca y Sudamericana.
Si bien las administraciones municipales han implementado estrategias de prevención y se viene desarrollando planes de contingencia por parte de la Alcaldía, los comités municipal y departamental para prevenir el impacto de este tipo de desastres. Es evidente que situaciones anteriores se han presentado y por lo tanto es pertinente preguntar, qué tan preparado se está para responder a una situación de emergencia por la temporada invernal. En Florencia se realizan proyecto como el dragado y algunas obras de mitigación en La Perdiz, pero la situación no deja de alarmar, ya que los barrios y viviendas siguen ubicadas en zona de riesgo, invadiendo las márgenes de los afluentes, pese a las pretensiones y caracterización del POT. Si bien hay monitoreo y alertas tempranas para los afluentes, hay que preguntar si está el Cuerpo de Bomberos, la Defensa Civil y demás entidades con la capacidad de atender situaciones de emergencia en cuanto infraestructura técnica, operativa y humana. Es decir, la tarea en gestión del riesgo para preservar el ambiente es inminente y requiere todos los esfuerzos necesarios.
Se debe velar para que lo estipulado en Plan Departamental de Desarrollo, "Con Usted hacemos más por el Caquetá, 2016 – 2019”, se cumpla. En éste se establece brindar asistencia técnica a los Consejos Municipales de Gestión del Riesgo de Desastres en conocimiento, prevención del riesgo y atención de desastres. Garantizar la operación de la Red de Comunicaciones del Consejo Departamental de Gestión del Riesgo y su mantenimiento. Así como dotar a los Organismos de Socorro con equipos de salvamento, búsqueda y rescate (equipos para incendios forestales, entre otros).
"En el río Caraño, en la cordillera, se tienen alertas tempranas que muy posiblemente funcionen a cabalidad, entonces se dependerá de alarmas que simultáneamente funcionen en toda la ciudad y la ciudadanía debe saber exactamente a qué sitios altos acudir dependiendo de los barrios donde vivan; esto ya se socializó con las comunidades? Dónde están las alarmas, en que barrios o en qué edificios?", reflexiona Valencia. Lo evidente es que ya se han presentado varias situaciones de riesgo y lo cierto es que la capital de Caquetá está ubicada en zonas de alto riesgo, así que todas las preguntas frente al riesgo, la prevención y la atención son necesarias.