El presidente de los Estados Unidos Donald Trump ha propuesto un incremento del presupuesto federal para el 2018 que contempla un aumento del gasto de defensa en 54.000 millones de dólares, lo que representaría un incremento de 9% en el presupuesto militar estadounidense y un recorte drástico en el Departamento de Estado, la Agencia de Protección Ambiental y otros programas no relacionados con la defensa. Sin embargo, esta iniciativa podría recortarle 1.300 millones de dólares al presupuesto de la Guardia Costera de Estados Unidos lo cual tendría serias implicaciones en la lucha contra el narcotráfico en tiempos en que según Las Naciones Unidas y el Departamento de Estado, el consumo y flujo de cocaína esta en aumento.
Aunque es la más pequeña de las ramas de las fuerzas militares, la Guardia Costera golpea por encima de su capacidad, particularmente asuntos de importancia para la administración Trump incluyendo la inmigración ilegal, la protección de sus fronteras y la interdicción de drogas. Según, el reporte “Review of U.S. Coast Guard's Fiscal Year 2016 Drug Control Performance Summary Report” de la Agencia de Seguridad Nacional, la Guardia Costera decomisó 201.3 toneladas de cocaína en el año fiscal 2016 lo que significa que confiscó 56.5 más toneladas que en el 2015 y 110.3 más que en el 2014. Sin embargo, el reporte también indica que la Guardia Costera no cumplió con su objetivo de interdicción entre 2015 y 2016 por diferentes motivos de los cuales resaltan; primero, la capacidad de producción y el suministro de cocaína generada en los países de origen por las organizaciones criminales transnacionales (OTC). Segundo, la adaptación y la generación de nuevas tácticas y rutas por parte de las OTC. Tercero, el deterioro de la flota con la que cuenta la Guardia Costera. Cuarto, la falta de disponibilidad de aviones para el apoyo de detección y vigilancia. Por último la falta de actualización de nuevas capacidades.
Lo anterior demuestra que aunque la Guardia Costera haya incautado una cifra record el año pasado sus capacidades de interdicción, inteligencia y despliegue han sido limitadas por un presupuesto que no refleja las necesidades de esta entidad. Asimismo lo confirmó en un entrevista para Business Insider el Comandante de la Guardia Costera Paul Sukunft. Además indicó que “hubo más de 500 situaciones sobre las que tenían gran información, pero no tenían suficientes aviones, suficientes naves, para interceder”.
Hoy en día más del 90 por ciento de la cocaína que entra al país del norte proviene por rutas marítima y mientras la Guardia Costera espera que no le recorten su presupuesto el crimen organizado cada vez es más innovador cuando se trata de burlar o superar a las autoridades.
Mientras los cultivos de hectáreas de coca siguen aumentando y se continua con la gran polarización entorno a cómo combatir este flagelo, es evidente que con el posible recorte del presupuesto a la Guardia Costera de los EE.UU. impactaría de manera negativa las operaciones para la interdicción de narcóticos y aumentaría las zonas que no son vigiladas en el Mar Caribe dándole así la posibilidad a las organizaciones criminales de ampliar las rutas y cargamentos. Por lo tanto es recorte contradice con las metas declaradas de la Administración Trump de fortalecer la seguridad nacional y la lucha contra las drogas.
Vale la pena recordar que el presupuesto federal propuesto por el gobierno de EE.UU. para el año fiscal 2018 aun tiene que ser discutido y negociado en el comité de Apropiaciones para luego ser consolidado por el Senado y Cámara. Aunque Trump cuente con mayoría republicana, varios congresistas de este partido han expresado su desacuerdo con los recortes presupuestales y han indicado que evitaran que esto suceda.