En este contexto existe, hoy, y, desde el pasado 20 de enero una nueva realidad económica internacional. De acuerdo a la prestigiosa agencia de noticias española, Efe, el presidente de EE.UU., Donald Trump, y su homólogo colombiano, Juan Manuel Santos, conversaron vía telefónica, el pasado mes de febrero sobre el apoyo de Washington a la implementación del acuerdo de paz con las Farc y la crisis en Venezuela”.
Asimismo, “los dos presidentes hablaron del apoyo de Estados Unidos al esfuerzo de Colombia de generar una paz justa y duradera tras su conflicto de 52 años con las Farc” puntualizó Efe.
Igualmente, el Congreso norteamericano aprobó a mediados de 2016, por solicitud, del expresidente Barak Obama, una partida cercana a los 500 millones de dólares para el programa “Paz Colombia” que tiene como finalidad apoyar el acuerdo con la guerrilla, un respaldo que el gobierno colombiano espera mantener con la administración Trump.
Quisiéramos creer, además, que en los casi 25 minutos que duró la conversación de los dos presidentes, y, aparte de felicitar a Trump por su victoria, el líder colombiano sometido, muy seguramente, a muchos interrogantes sobre algunos otros temas más, a su vez haya preguntado, a su turno a Trump, sobre el Nuevo Orden Económico que éste promueve como bandera nacional.
Dios quiera que en dicha conversación haya quedado claro, que lo que Colombia necesita – como dijera el destacado sociólogo colombiano, Gustavo Pérez Ramírez, autor de algunas obras como: Mirar hacia África; El campesinado colombiano: un problema de estructura, para mencionar unos pocos- es “trade” (tratado) intercambios comerciales justos y equitativos y no “aid” (ayuda) dádivas, o, limosnas.
Según el Acuerdo de Promociones Comerciales entre Estados Unidos y Colombia conocido como TLC (en inglés: Colombia Trade Promotion Agreement (TPA)), el comercio entre estos dos países totalizó, en el 2015, unos 30.560.012 millones de dólares. Colombia exportó, ese mismo año, 14.056.886 millones de dólares e importó 16.503.126 millones de dólares.
Como puede verse la balanza comercial con Colombia es a favor de EE.UU y como quiera que una de las propuestas que se ha planteado desde el vecino del Norte es que, el famoso muro que quiere construir Trump en la frontera entre México y Estados Unidos sea pagado por el primero, por el balance comercial favorable que tiene este país con relación a EE.UU.
La pregunta es: ¿Qué va a pagar EE.UU a Colombia por contar con una balanza comercial a su favor en los intercambios con el país andino? Y Colombia, por su parte, debería comenzar a fortalecer sus acuerdos comerciales con países diferentes a los Estados Unidos.
Colombia exporta a Estados Unidos: Hidrocarburos, combustibles, carbón, piedras preciosas, café, flores, confecciones, alimentos, entre otros. Importa, además, del país del Norte maquinarias y equipos para la construcción.
En resumen, el principal destino de las exportaciones y las importaciones colombianas es Estados Unidos con lo cual y conforme al panorama mundial queda claro que este país debería ver a Colombia como un gran mercado, -continuamos siendo su despensa alimentaria-, y, a su vez, Colombia debería ver a Estados Unidos como un “partner” (socio).
Y, tal vez, saboreando un delicioso café colombiano, en la Casa de Nariño o en la Casa Blanca, los dos líderes mundiales, Santos y Trump, podrían decir: “hablando se entiende la gente”.
