Hasta que los líderes políticos antioqueños no comprendan que el expansionismo paisa ha sido la causa principal de los conflictos de límites con el Chocó en el Darién, no se pondrán fines a las disputas territoriales en la región. La política expansionista antioqueña ha sido sistemática desde el siglo XX en aquella región, sin dudas que después del litigio por Belén de Bajirá, continuará otra disputa por el asentamiento en territorio chocoano de la cabecera del municipio de Murindó. Un asunto que se debe resolver para evitar futuros líos fronterizos entre los dos departamentos.
El expansionismo de los paisas, desplegado desde 1905 hizo que desapareciera el concepto del Gran Darién, referente a esa gran región como centro de acontecimientos mundiales a algo etéreo, y de paso Antioquia como punta de lanza de su geopolítica expansionista estructuró el concepto Urabá para desplegar todas sus políticas de expansiones de sus dominios en las explotaciones de recursos naturales estratégicos y los acaparamientos de tierras en la región.
Por eso ahora con la disputa por Bajirá, alegan dominios ancestrales con dudosos ropajes de legalidad, sustentados en argumentos históricos superficiales. Los famosos 18 fallos que habla el gobernador de Antioquia, Luis Pérez Gutiérrez, a favor de Antioquia no tienen ningún sustento histórico en los anales de los diferendos de límites entre los dos departamentos en la región. De hecho hacen parte del libreto de límites confusos que han pregonado desde el siglo XIX para correr la línea fronteriza hacia el Chocó.
En sus afanes de acomodar los hechos históricos no se han detenido a examinar que son las políticas expansionistas de Antioquia, desarrolladas recurrentemente desde el siglo XIX, las que han generado un clima de permanente disputas limítrofes con los chocoanos en el Darién.
Por el expansionismo que ha tenido Antioquia después del fin de la dominación española, durante los últimos dos siglos ha sido el departamento con más conflictos de límites con sus vecinos en Colombia. Y actualmente tiene litigios con los departamento del Chocó, Córdoba y Caldas. En el caso del Chocó, su política expansionista data de la época de la dominación española, pero su mayor vehemencia se desarrolla a partir de la independencia, cuando en 1813 el dictador Juan del Corral, envió un delegado al Chocó para que los chocoanos se anexarán a Antioquia, pero los chocoanos rechazaron su petición y se anexaron a Cundinamarca. De allí en adelante fueron 92 años en la búsqueda de arrebatarle a los chocoanos el territorio del Urabá, objetivo que lograron en 1905. En otras palabras, han sido 204 años de políticas recurrentes para apoderarse de 13.927 km² del territorio chocoano, una extensión más grande que el tamaño de los departamentos de Caldas, Risaralda y Quindío.
La política expansionista que Antioquia puso en marcha por el control del Darién y sus desbordados intereses por cercenar del territorio chocoano desde el siglo XIX, son dos elementos claves para comprender la dimensión del conflicto en los actuales momentos. Por eso al escuchar las prédicas del gobernador Luis Pérez, las de los parlamentarios y diputados antioqueños sobre derechos ancestrales en Belén de Bajirá, se concluye que siguen aplicando el mismo libreto de los líderes antioqueños de los siglos XIX y XX para expandir su frontera sobre el territorio chocoano.
La ocupación del territorio de Belén de Bajirá por Antioquia a partir del decenio de los años setenta del siglo XX, obedeció a un pacto político entre políticos chocoanos y antioqueños y estuvo mediado por el libreto regional de los paisas de correr la cerca en determinados períodos en el Darién. Un asunto que poco se ha difundido y se ha pretendido ocultar porque está estrechamente ligado a la extensión de la frontera agrícola, a los macro proyectos de desarrollo y viales, los acaparamientos de tierras, control de recursos naturales estratégicos y las rutas comerciales, al son de acciones criminales de escuadrones de criminales.
Escuadrones de asesinos que le quitaron la vida a tres inspectores de Policía nombrados por la gobernación del Chocó, sucesos que obligaron a que mediante un acuerdo político entre las autoridades de los dos departamentos se designara un Inspector de Policía antioqueño que fue el punto de lanza de la expansión territorial paisa en la zona.
Más allá de esta historia siniestra, el litigio territorial por Belén de Bajirá, también está íntimamente ligado a los conflictos que originaron los desplazamientos, el despojo, las violaciones de los derechos humanos y los asesinatos de campesinos por sus tierras en los territorios colectivos de Curvaradó y Juguiamiendó para las extensiones de los cultivos de palma de aceites.
Este ha sido un punto crucial en este diferendo territorial, un asunto que poco se habla, pero que tiene que ponerse sobre el tapete del debate para develar que políticos hacen parte de esas zagas ligadas a la criminalidad. No es un secreto que detrás de la mampara de la defensa del dominio de Antioquia sobre el territorio de Belén de Bajirá, se esconden intereses económicos, políticos y estratégicos de grupos de empresarios ligados a la tierra, los cuales tienen sus mandaderos en las corporaciones políticas para que defiendan sus intereses. Además de otros que lo hacen por nexos de parentescos.
Por eso no es nada extraño la postura de la bancada de Diputados antioqueños del Centro Democrático, que salieron al declarar persona no grata al director del Igac Juan Antonio Nieto Escalante y a la senadora Claudia López, la misma que ha denunciado el paramilitarismo en la región, dado que varios de los empresarios encarcelados por los desplazamientos de tierras en los territorios colectivos de la región fueron cercanos a las políticas de la Seguridad Democrática, recibieron créditos de Finagro durante el gobierno del presidente Álvaro Uribe para la expansión de los cultivos de palma de aceite en Belén de Bajirá.
Por esa serie de intereses económicos y políticos que se conjugan detrás de este litigio, muchos políticos paisas no han comprendido que el Instituto Geográfico Agustín Codazzi no ha modificado los límites establecidos por el Congreso de la República, entre los dos departamentos en la ley 13 de 1947, que creó el departamento del Chocó.
El Igac no tiene competencias para modificar dichos límites, son potestades del Congreso de la Republica, modificar los límites entre los departamentos. De suerte que las Comisiones de Ordenamiento Territorial del Senado de la República y de Cámara de Representantes, tampoco en la sesión conjunta del 14 de diciembre los modificaron.
Lo que ha hecho el Igac desde que arrancó la disputa en el año 2000 han sido desarrollar unos procesos de deslindes por petición de los departamentos de Antioquia y Chocó. Los procesos de deslinde no son otra cosa que ir al terreno y verificar que los límites descritos en la ley 13 de 1947 son verídicos y eso es lo que ha hecho el Igac en estos 17 años.
El Igac fue al terreno y verificó con delegaciones de los dos departamentos que los límites entre los dos departamentos no han sufrido alteraciones en la región. En el 2003 por problemas de orden público en la región no pudieron verificar la información pero si lo lograron comprobar en el 2007 con delegaciones de los dos departamentos y se verificó que Belén de Bajirá, Macondo, Blanquiset y Nuevo Horizonte están dentro del Chocó.
En el 2016, con la delegación de Antioquia porque la del Chocó no asistió alegando falta de garantía. Los funcionarios del Igac y los delegados antioqueños fueron a la región y comprobaron que los límites descritos en la ley 13 de 1947 no han tenido alteraciones. Igualmente que Belén de Bajirá, Macondo, Blanquiset y Nuevo Horizonte son territorios chocoanos y lo destacable fue que los delegados de Antioquia no objetaron la verificación y la aprobación de los hechos. Entonces, salir ahora las autoridades antioqueñas a decir lo contrario es una muestra palmaria que no quieren respetar la ley.
El informe técnico que hizo el Igac y que en envió en el 2016 al Congreso de la República, dice que de acuerdo con los límites descritos en la ley 13 de 1947, las poblaciones de Belén de Bajirá, Macondo, Blanquiset y Nuevo Horizonte están dentro del territorio chocoano.
Y como no existen límites dudosos entre los dos departamentos, las Comisiones de Ordenamiento Territorial actuando en nombre del Congreso de la República estudiaron el expediente y lo devolvieron al Igac para que acuerdo con lo estipulado en la ley 1447 del 2011 fije los hitos fronterizos entre los dos departamentos y expida el mapa oficial del Chocó.
Más claro no canta un gallo y lo que alegan los antioqueñas son patrañas politiqueras de insultos que solo buscan deslegitimar la idoneidad técnica del Igac y satanizar a su director Nieto Escalante para confundir a la opinión pública con el falaz argumento que le ha quitado tierras a Antioquia. Una estrategia política mediática para impedir que el Igac cumpla con el debido proceso de expedir el mapa oficial del Chocó, donde se reseñe que Bajirá pertenece a este departamento.