Harry Truman y Donald Trump comparten las cuatro primeras letras de sus apellidos.
La diferencia es mínima. El de Harry debe perder la an, que es una, un, uno en inglés.
El Donald debe perder la p, derivada de la griega pi, que es como se pronuncia la P en inglés.
P es símbolo químico del Phosphor (fósforo), quizá sea la razón para reconocer que Donald puede prender algo o prenderse a sí mismo en cualquier momento.
Truman al igual que Trump lograron sus elecciones en momentos que nadie los veía como favoritos, algo así como que nadie daba un peso por Harry. Ni nadie pensó que el nivel de Phosphor o P de Donald sería su mejor aliado, como su principal fuente de desprecio.
Uno fue presidente después de la II Guerra Mundial, y se asumió como salvador único de los destinos del mundo a través de su doctrina Truman. P también fue presidente después de la II Guerra Mundial, aunque analistas aseguren que es posible que con P, comience la Tercera. Se ve claro en su idea de acabar el Terrorismo Radical Islámico, en su discurso de posesión.
Trum que al final es lo único que queda, al quitar aquello que los diferencia, no tiene significado, sentido o acepción conocida, por la incertidumbre del uno es los años 40, en la misma incertidumbre de P en los días por venir.
Harry hace un discurso dirigido al mundo entero, a su salvación, mientras que Donald se dirige solo a los ciudadanos de Estados Unidos y hace especial énfasis en tal condición, como si se tratara de un mensaje a los viejos habitante de una polis griega. Es el discurso más griego que presidente alguno haya pronunciado.
Pequeñas muestras del discurso de Trump o míster P:
“Nosotros, ciudadanos de Estados Unidos, nos hemos unido ahora en un gran esfuerzo nacional para reconstruir a nuestro país y para restaurar su promesa para todo nuestro pueblo”.
“La ceremonia de hoy, sin embargo, tiene un significado muy especial. Porque hoy no solamente estamos transfiriendo el poder de un gobierno a otro, o de un partido a otro, estamos transfiriendo el poder de Washington para devolvérselo a ustedes, ciudadanos estadounidenses.
“Por mucho tiempo, un pequeño grupo en la capital de nuestra nación se ha beneficiado de las recompensas del Gobierno, mientras la gente ha asumido el costo. Washington floreció, pero la gente no compartió esa riqueza. Los políticos prosperaron, pero se perdieron trabajos y las empresas cerraron. El establecimiento se protegió a sí mismo, pero no a los ciudadanos de nuestro país”.
No es necesario, traer aquí la visión de Harry para entender las diferencias en materia de política internacional y expansión de su liderazgo. Harry puso en el centro de su política la lucha contra el comunismo como amenaza mundial, y mostró el camino salvífico que ofrecía Estados Unidos. Para Donald la gran amenaza está sobre aquellos que no son ciudadanos de Estados Unidos y ese es o será su gran problema porque la definición del ciudadano de la polis green es una olla que hierve, y sus vapores hieden a mundo.
Trump ha hecho sonar su trompeta (trump), no como un concertista universal sino como el trompetero de una novata y desafinada banda local cuyos ciudadanos aún no saben si aplaudir o chiflar.