El paisa Felipe Betancur es el primer youtuber para discapacitados. Tiene un canal donde hasta el momento ha logrado más de 25 millones de vistas y 130.000 suscriptores. Se graba construyendo artefactos que mejoran las condiciones de vida de los discapacitados con materiales de bajo costo. Por ejemplo, ha hecho un mouse con una cuchara de plástico pegada para que una persona sin brazos pudiera usarlo. También un ajedrez para invidentes y timbres visuales para sordos. Además, contribuye al ahorro. Un mouse para manejar con la cabeza puede costar hasta quince millones de pesos en el mercado; Felipe diseñó uno igual con un desodorante roll-on. Como este tiene más de 80 inventos de los cuales no ha patentado ninguno porque quiere que todos estén al alcance de quienes los necesitan.
Por esta razón, el pasado mes de diciembre, fue catalogado por la revista MIT Technology Review, como uno de los emprendedores más innovadores socialmente de 2016 en Latinoamérica. Felipe Betancur también dirige la fundación Todos podemos ayudar. Ahí trabaja con su familia que lo apoya en su emprendimiento. Ya cuenta con el apoyo de la gobernación de Antioquia que lo ha llevado a 110 de los 125 municipios del departamento para que brinde talleres de accesibilidad digital.
A diferencia de lo que pasa en muchas universidades, donde los estudiantes diseñan un instrumento que da para sacar 5 en la tesis de grado pero nunca le llega a la población que lo necesita, Felipe no diseña nada porque sí. Parte de las necesidades reales que identifica entre los discapacitados para solucionar sus problemas. Piensa que si Medellín, donde no hay mucho, es una de las ciudades líderes en accesibilidad en Colombia, entonces la situación en los municipios donde no hay nada es verdaderamente complicada.
En este vídeo, por ejemplo, enseña a construir un mouse para personas con artritis
El paisa cuenta que desde la infancia le interesó la tecnología. El Inspector Gadget, James Bond y McGyver eran sus personajes favoritos. Estudiaba el diseño de cada juguete que le regalaban. Si recibía un helicóptero o un carro, los desarmaba. En el colegio se hacía unos pesos de más vendiéndole a sus compañeros los inventos que hacía. Los profesores del Colegio Montessori de Medellín no sabían si regañarlo o felicitarlo, porque aunque las ventas estaban prohibidas, sus inventos eran bastante creativos.
Años más tarde se dedicó a estudiar Ingeniería de Producción en EAFIT, pero se salió en cuarto semestre. Desde los 15 años importaba partes electrónicas y las vendía. Sin embargo, había en su trabajo algo que no lo hacía sentir útil a la sociedad.
En el año 2007 un evento cambió su vida. Fue invitado a una entrega de regalos para niños que lo habían perdido todo en un incendio. Fue ahí cuando decidió que quería dedicar su carrera a ayudar a otros. Aunque en todos los cursos de emprendimiento le decían que la beneficiencia era un pasatiempo, él quiso hacer de ella su opción de vida.
A sus 33 años se siente pleno con su carrera. Trabaja para montar una microempresa con discapacitados, donde estos fabriquen los artefactos que faciliten la vida a otros discapacitados. Aunque no los piensa vender al mismo precio que en el mercado, de todos modos su microempresa será auto sostenible. El mouse para mover con la cabeza, que a él le cuesta 5000 mil pesos producir, piensa venderlo en 50.000. Le está ganando diez veces más de su costo, y de todos modos es diez veces más barato que el del mercado.