Una de las peores anécdotas que un motociclista puede contar, es que fue víctima de hurto con la modalidad más usada, más prevenible, más absurda y más rentable… El HALADO.
Esta modalidad aunque la mayoría sabemos en qué consiste sigue siendo la más utilizada por los amigos de lo ajeno, por la sencilla razón que pese a la información en el medio, las historias contadas de propios y extraños, nos creemos el cuento que a nosotros nunca nos va a pasar eso.
Pero las estadísticas oficiales no mienten y solo en Bogotá, esta modalidad de hurto representa el 70% de los robos. Es decir de 10 motos robadas 7 son por halado (descuido, papaya, exceso de confianza, etc., etc.). Adicional a esto podemos suponer que la cifra de robos es mayor, porque muchos de esos casos no son denunciados a la espera del famoso #RESCATE.
Pero en el último año, dos cosas han cambiado drásticamente en el hurto de motos. La osada muestra de valor delincuencial al llevarse motos de alto cilindraje (A.C) y robar a mano armada.
Por qué es tan significativo este cambio, por años hemos sabido las motos de A.C. no representaba un negocio de motopartes rentable o por las dimensiones de la misma era difícil su ocultamiento en los sitios deprimidos de la ciudad donde se llevan las motos de menor valor y cilindraje. Es decir son muy llamativas y causan curiosidad verlas en dichos sitios.
Lo otro que preocupa aún más a las autoridades es la utilización de armas para comerte el hurto, ya que demuestra un alto grado de violencia y menosprecio por la vida de la víctima, llegando incluso a quitarla al descubrir que la moto a robar tiene algún sistema de alarma.
En días pasados un miembro del Club V-Strom Bogotá sufrió el hurto de su moto a mano arma y aunque esta ya fue recuperada, no deja de ser preocupante el hecho de que ya se volvió común los robos de este estilo.
Para poder acabar con el hurto a cualquier escala, de debe concientizar a los dueños de la importancia de asegurarlas, ponerles alarma y no oponer resistencia. Adicional a esto abstenerse de comprar partes y repuestos de dudosa procedencia, tramitar la compra de usados donde medie una revisión de la SIJIN y por sobre todo denunciar… las pruebas recopiladas permite que esos delincuentes si paguen condenas In-tramuros y no tengan la opción de permear los integridad de la víctima al recibir dinero o prebendas para quitar la denuncia.
Tenemos la oportunidad de acabar con este mal que nos atañe a todos, pero si pagamos rescate o no denunciamos, este delito seguirá siendo lucrativo para aquellos que si se les da la gana, pueden quitarnos algo más que nuestras motos, nuestra vida o de alguien que amamos.
Que es más fácil y menos traumático, pagar a cuotas un seguro contra robo o buscar uno o dos millones en menos de 12 horas para recuperar lo que es nuestro. Piénselo