Debería ser necesario hablar de cualquiera de los dos temas que nos tienen con grandes interrogantes.
Los ciegos, sordos y mudos líderes de los grandes partidos nacionales que ante la palabra corrupción esconden la cola de lagarto y dicen que no, alarmados y como si se acabaran de enterar, que si eso tan feo ocurrió, en caso de haber ocurrido aclaran ajustándose las gafas, ellos son completamente ajenos, o repitiendo palabras del presidente del ocho mil, que todo pasó a sus espaldas. Sí, debería hablarse de todos estos doctores que demasiado mal le hacen al país.
Contrario a todos los hombres públicos,
Trump parece ser el único en cumplir lo que promete
O el tema Trump, quien con apenas contados días de presidencia, ya ha asustado a medio mundo. Contrario a todos los hombres públicos, él parece ser el único en cumplir lo que promete (Miento: Hitler de candidato también dijo sus cositas) y por ello es de temblar cuando haga práctica su guerra al islamismo radical con la inquietante colaboración de Rusia.
Cuando Rusia ataque nuevamente a Siria, el primero en apoyar serán los gringos, y a gran parte del mundo le parecerá muy bien y bonito.
Pero, dentro de esa demagogia, si a Rusia le da por joder y bombardear a Polonia, o a…, ¿qué se nos viene?
Pero no, lo que me ha llamado la atención son dos noticias muy secundarias aparecidas en la prensa en estos días
La primera, que no fue sino la detención de una pareja que en las playas de Cartagena estaban haciendo el amor.
La segunda, ya en playas argentinas, cuando unas mujeres quisieron hacer topless y simplemente se quitaron la parte de arriba de su vestido de baño, y gracias a la queja de alguien acudió pronto la policía y las obligaron a taparse.
Y me llamó la atención cuando en las redes sociales ambos temas se unieron, como si fueran lo mismo, creyéndose que en los dos casos la justicia actuó inadecuadamente.
Desconociendo los pormenores del caso de Cartagena, creo que queda claro que hacer ejercicios sexuales en las playas no debe ser de recibo y debe ser prohibido, ya que es natural que tanta naturalidad ofenda a alguien o le cause un fuerte disgusto.
Asunto bien diferente es el inocente topless, en donde lo que juega es la plena libertad del ser humano sin que haya razón a ofensas o disgustos.
Y hablando de…
Y hablando de inocentadas, no resulta bonito o promisorio el futuro de nuestro país. Ahora, salvo que ocurran milagros, viene Vargas Lleras a la presidencia y después de dos legislaturas ya estarán en edad de merecer cualquiera de los niños Galán, Lara o Gaviria.