En estos últimos días han sido asesinados por “civiles” tres atracadores en los barrios Recreos y Los Andes, de Barranquilla y un cuarto en Soledad, según informan los medios y las redes. Y van a continuar estos asesinatos, imponiendo la pena de muerte a mansalva, si ponemosatención a las palabras del alcalde distrital Alex Char. Durante una visita de inspección a las obras que se adelantan en el estadio Romelio Martínez el alcalde dijo, “Así como ellos, van a caer muchos más. Le vamos a ganar a esos bandidos que quieren dañarles la fiesta a los barranquilleros”, al referirse a los presuntos atracadores que murieron en hechos (¿aislados?) en Barranquilla y Soledad durante los días viernes y sábado.
Si quiere incendiar a Barranquilla, esta es la mejor forma de hacerlo con estas batidas sociales por civiles que por las palabras del “mejor alcalde Colombia” estarían avalados por la propia administración distrital. Será posible que agentes de inteligencia y policías vestidos de civiles se les dé tan execrable función? Me resisto a creerlo, pero es lo que se deduce de las alborotadas declaraciones del hijo de Fuad Char, militante de Cambio Radical, el partido del Vicepresidente Vargas Lleras aspirante presidencial, quien avaló la candidatura del exgobernador de la Guajira, Kiko Gómez, condenado por ser determinador de homicidios agravados debido a su carácter de autoridad.
Aún si fueran reacciones primarias de “ciudadanos de buena fe” motivadas por el ascenso creciente de la delincuencia en la ciudad, no acabará con las razones de peso y causas de la inseguridad y violencia en Barranquilla. Siendo esta una de las ciudades con los mayores índices de informalidad del país, que se ve obstensible en toda calle y esquina y por los alrededores del mercado público, vendedores ambulantes, aumento de actividades de rebusque de jóvenes, mujeres y hombres y adultos; e indigentes que muchas veces son disfraces de delincuentes menores, microtráficantes, rateros de poca monta que aumentan sus ingresos con los resultados de estas actividades ante el exiguo rendimiento de sus actividades primarias
Esta no es la seguridad que pide a gritos la ciudadanía barranquillera. Se piden mayores controles y vigilancia de la policía, un mejoramiento del aparato judicial, aumentando el número de jueces que según las organizaciones de los trabajadores de la justicia no ha aumentado en 20 años, habiendo aumento en casi el 20% la población de la ciudad por ser receptora de desplazados por los conflictos internos y la violencia paramilitar de otras regiones del país, especialmente. Para que se judicialicen según el caso los presuntos delincuentes con la salvaguardia de sus derechos humanos y la imposición de sanciones drásticas proporcionales al crimen cometido. Y por supuesto, invertir en mejorar las condiciones de vida, salud, educación y oportunidades de trabajos dignos a los jóvenes, los más proclives a caer en las redes de pandillas delincuenciales.
Ya por las redes se está rechazando la salida de este alcalde que no sabe que en un estado democrático y de derecho que nos rige, nadie puede responder con otros crímenes la comisión de delitos en ninguna parte. La autoridad no puede ni debe usar las mismas armas de la delincuencia. La violencia oficial traerá más sangre, más delincuencia y en general más violencia en la ciudad con la seguridad macabra que caerán incluso inocentes. Recapacite señor Char, no crea que por tener comprada la favorabilidad de su imagen a punta de publicidad fanfarrona de sus elementales ejecutorias, la principal en obras de cemento –no siempre las pertinentes y necesarias- que son las que más le sirve a los funcionarios corruptos, para lograr buenas comisiones por la adjudicación de contratos en licitaciones amañadas no hay en la ciudad gente demócrata pensante, civlizada que no quiere revivir las épocas de la Mano Negra y el “Suavecito” de los años cincuenta, época de policías que asesinaban a presuntos delincuentes con métodos propios de épocas de bárbaras naciones.
